La Audiencia retoma el juicio contra Pedro Muñoz con la mirada en fiscalía
La fiscal modificará su calificación o el relato de los hechos y podría incrementar la petición de pena para el expolítico bercianista
El estremecedor relato de Raquel Díaz en la sesión inaugural, donde narró por primera vez hechos que no había contado durante la instrucción, fue recriminado por la fiscal que la interpeló para que la víctima explicara por qué no lo había dicho antes.
«Lo he ido recordando poco a poco, reconstruyendo los hechos en pesadillas», confesó la exmujer de Pedro Muñoz durante un juicio que trata de esclarecer qué ocurrió aquella noche de finales de mayo de 2020 en su casa de Toreno.
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Tras pasar 60 testigos por la Audiencia Provincial de León y ante el juez Miguélez que se encargará de dictar sentencia, este jueves se celebrará la última de las seis sesiones con las que ha contado la vista.
En la anterior sesión, el pasado viernes -por cuestiones de agenda judicial hubo que dar este salto en el calendario- saltaba la noticia cuando la fiscal leonesa María Inés Lescún confirmaba en sala que iba a modificar su escrito de calificaciones finales antes de elevarlas a definitivas y dejar en manos de la presidencia la sentencia. La duda que queda es si lo hará en la calificación del delito o en la narración de los hechos.
El ministerio fiscal había solicitado una pena de 18 años de prisión por diferentes delitos, siendo el más contundente las lesiones agravadas que sufrió Raquel Díaz aquella noche. Sin embargo, la acusación particular pide 23 años y señala que se encontran ante un delito de intento de asesinato porque, supuestamente, Pedro Muñoz lanzó por el balcón a su exmujer y, posteriormente, según apuntó la víctima, la golpeó mientras la preguntaba «si se había muerto ya» y recordándola que «solo se podría separar de él muerta».
La duda por esclarecer en la última sesión será si la fiscalía se adhiere a la pena solicitada por el letrado de Raquel Díaz, o bien a tentativa de homicidio de la que exculpó al expolítico bercianista por su arrepentimiento al llamar al 112 para que asistieran a la víctima en el lugar de los hechos.
