Con la Misión en la maleta
Cerca de treinta misioneros leoneses reciben el homenaje de la Diócesis en una jornada celebrada en la Real Colegiata de San Isidoro
n. barrio / S. gallo
Miércoles, 10 de agosto 2016, 13:50
En Filipinas las cosas están cambiando. La tranquilidad de antaño en el país hermano se ve frenada por una violencia yihadista que complica el entendimiento. Maximino Rodríguez dejó su Palanquinos natal hace cincuenta años para llegar a parar al sur del país, en las islas de Mindanao. «La cosa antes era más fácil, evangelizar no era un problema», comenta a la sombra de la Colegiata de San Isidoro. En 1992 la violencia se cobró la primera víctima, un sacerdote italiano que también se encontraba de misiones. Ahora el leonés trabaja volcado en la paz, ya desde la capital filipina: «Trabajamos intensamente en ello, haciendo manifestaciones, jornadas y actividades e incluso compartiendo con protestantes y musulmanes el fin del Ramadán, una fiesta en la que todos participamos».
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Vuelta a casa tras la Misión
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Aunque comparte con Maximino el trabajo de evangelizar, el caso del agustino Víctor Lozano nada tiene que ver con la labor filipina. Su misión comenzó en la Amazonía con nativos cucamas, dejándola atrás para llegar a Cuba, donde el régimen de Castro comienza a abrir puertas al cristianismo: «Allí hay que empezar de nuevo, solo algunos 'viejitos' recuerdan la religión antigua, y las vocaciones están en plenitud», comenta. Acudiendo casa por casa, Víctor invita a los vecinos de Puerto Padre a una celebración en la que dar a conocer la Palabra, no sin las trabas propias que pone el Partido.
La directora de las Obras Misionales Pontificias Diocesanas y delegada de las Misiones de León, la hermana Begoña Escudero, hizo hoy un llamamiento a los jóvenes para que reflexionen la posibilidad de poder sumarse a las Misiones y poder ayudar a los demás. Escudero reconoció que cada vez hay menos gente joven que se suma a estos actos, por lo que se ofreció para recibir a todos aquellos que quieren una experiencia.
Así lo dijo ante los medios de comunicación en los instantes previos al acto de reconocimiento a los más de 500 misioneros de la provincia de León que se encuentran repartidos por todo el mundo. Alrededor de una treintena de ellos, que están pasando sus vacaciones en León, asistieron hoy a esta jornada, que se ha celebrado en la Real Basílica de San Isidoro, y que ha servido también como homenaje al trabajo que están desarrollando.
Por último, Pura Concepción Fernández relató su experiencia en Paraguay, donde llega también más de 50 años y donde empezó trabajando con los indígenas y ahora se encuentra en una casa de retiro. Hemos vivido en lugares muy inhóspitos, no había luz, no había agua y ha cambiado todo muchísimo, relata. Ahora, volver a León es otro mundo y es, de manera especial, cuando se valora todo, y el paisaje. Además, bromea sobre el poco tiempo que se tarda en llegar desde Sahagún gracias a las infraestructuras. Cuando era pequeña veníamos en tren desde Calzada del coto y ahora en un momento estamos aquí, concluye.
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Todos ellos fueron recibidos por el obispo de León, Julián López, quien aludió a este momento como una cita esperada y deseada en el mes de agosto, que se presenta como un momento propicio ya que los misioneros vuelven a casa en sus merecidas vacaciones que se intenta que coincidan con esta celebración de homenaje a su trabajo.
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