Macron saca el carné verde tras la debacle de las municipales

Los asesores de comunicación de Emmanuel Macron justificaron este lunes sus -seguramente abultados- sueldos. Justo al día siguiente de la humillante derrota del macronismo en las elecciones municipales, arrastrado por la ola ecologista, el presidente se daba un baño verde ante las cámaras, en un escenario idílico -los jardines del Elíseo-, para hablar de desarrollo sostenible ante una audiencia ciudadana sonriente y complacida. Macron conseguía robar el ciclo informativo a los ecologistas para anunciar una serie de medidas con las que dará un giro verde a su mandato. Si los franceses habían votado por el ecologismo, allí estaba él.

La cita estaba prevista hace semanas, pero el momento no pudo ser más oportuno. El presidente debía recibir a una asamblea ciudadana que en los últimos meses ha redactado casi un centenar y medio de propuestas para dirigir la transición ecológica del país, y Macron se las compró este lunes casi todas. A dos años de la reelección, con su agenda reformista reducida a la irrelevancia por la crisis de los chalecos amarillos, las manifestaciones y el coronavirus, y con la popularidad bajo mínimos, el presidente ha comprendido que sólo un cambio de rumbo puede salvar lo que queda de legislatura. La derrota en las municipales ha sido el jarro de agua fría que le ha hecho reaccionar.

Se espera que Macron anuncie esta semana cambios importantes en el Gobierno para iniciar la «nueva era» que ya adelantó en su último discurso a la nación. Los rumores apuntan a que el presidente quiere introducir a miembros de la sociedad civil -los confidenciales citan sobre todo a Laurence Taubiana, arquitecta del Acuerdo del Clima de París- y dar un volantazo social al quinquenio.

La gran incógnita por desvelar es si mantendrá al primer ministro, flamante vencedor en las municipales de Le Havre. Ambos se reunieron este lunes brevemente en el Elíseo antes de recibir a los miembros de la Convención Ciudadana por el Clima, pero de su encuentro apenas se filtró nada. Édouard Philippe goza de una gran popularidad, lo que supone una baza para el Ejecutivo. Pero su perfil conservador y liberal choca con el giro ecologista -y posiblemente más a la izquierda- que Macron quiere dar a su equipo. «El presidente sabe lo que puedo hacer y lo que no puedo hacer», dijo la semana pasada, un pequeño dardo al jefe para dejar claro que no está dispuesto a mantener el sillón del palacio de Matignon a cualquier precio.

Dejar escapar a Philippe, del que los franceses tienen una opinión mayoritariamente positiva -incluso entre los votantes socialistas-, podría suponer una sangría de de votantes de centro derecha. Pero ignorar los resultados de las municipales sería, a juicio de la mayoría de los analistas, un suicidio para Macron.