Guillermo Fidalgo 'sale' del agua para luchar contra la covid-19

El campeón de España de piragüismo en aguas bravas en las modalidades clásica y esprint Guillermo Fidalgo tuvo que cortar de raíz su preparación para el mundial de Carolina del Norte (Estados Unidos), que estaba previsto para este mes de abril, para colocarse su traje de bombero y luchar, también desde su profesión, contra la crisis sanitaria de la covid-19.

La pandemia y la declaración del estado de alarma, con el consiguiente confinamiento domiciliario, impidieron al palista leonés disputar el campeonato de España de invierno en Sevilla justo cuando ya tenía programado el viaje y, desde entonces, tuvo que centrar todos sus esfuerzos en su labor como integrante del parque de bomberos de Ponferrada, aparcando la piragua.

El cambio radical de sus hábitos de vida se trasladaron tanto a su actividad deportiva, «condicionada al máximo en un deporte como el piragüismo«, como a su propio trabajo ya que »hubo que adaptarse en el parque al protocolo interno más que estricto de desinfección sistemática del material y aislamiento en los turnos para evitar el contagio«.

El piragüista del Oviedo Kayak, junto a la labor que sigue desarrollando propia del Cuerpo de Bomberos como son las actuaciones en incendios o la participación en accidentes de tráfico, ha realizado otras tareas específicas de la situación actual como la recogida y distribución de todo el material elaborado o donado para la prevención, casos de pantallas, batas sanitarias o mascarillas.

Además, colabora activamente en otras actividades «de manera voluntaria y altruista» más que necesarias en esta pandemia y que, pese a la dotación de tan solo cinco bomberos de turno diario, están realizando.

Entre ellas se encuentra la desinfección, no solo en zona de especial riesgo como hospitales, residencias o áreas de la Cruz Roja, sino también en otros espacios y recintos.

Al tratarse de bomberos, Fidalgo ya disponía de material homologado para combatir situaciones como la actual, con riesgo de contagio, lo que le ha supuesto que su mayor temor «no haya sido al riesgo propio de infección, sino a un posible contagio o transmisión».

De hecho, es consciente de que en varias de sus intervenciones habituales en casos de incendios -alguno forestal, aunque se hayan reducido sustancialmente por el confinamiento- o de intervenciones en accidentes de tráfico «el riesgo de contagio es evidente porque, en ocasiones, la necesidad de actuar con rapidez hace que extremes menos las medidas de protección», reconoce.

Su actual ocupación y preocupación ha dejado «en un segundo o tercer plano» al deporte y es consciente de que la actual temporada «se puede dar casi por perdida a nivel internacional y, puede que también, en cuanto al calendario nacional«.

La esperanza y «también la ilusión» es que progresivamente todo vuelva a la normalidad y que, al menos, pueda disputarse el campeonato de España de aguas bravas en Sabero (León), donde buscaría revalidar el doblete de 2019, en un escenario que opta a acoger, si no surgen imprevistos, el Europeo de esta disciplina en 2021.

En cuanto al mundial, donde Fidalgo volvería a optar a estar entre los mejores, la intención de la organización es poderlo realizar en el mes de septiembre en el mismo escenario, Carolina del Norte (Estados Unidos), pero siempre condicionados por la evolución de la crisis sanitaria también en este país y en el resto del mundo dadas las restricciones que se esperan en los desplazamientos.