La Cultural despierta tarde tras media hora de desidia

Sin actitud, nada es posible en la vida. Ni lograr los objetivos propuestos, ni reaccionar ante la adversidad y, ni siquiera, agradar. Lo comprobó la Cultural con una primera media hora de juego para olvidar, desastrosa y llena de desidia que acabó con sus opciones de ganar en Zamora.

Un 2-0 en contra en los primeros siete minutos de juego que no fueron respondidos ni desde el banquillo ni desde el verde hasta el minuto 35 dilapidaron a una Cultural que, cuando reaccionó, se vio con opciones de sumar, pero despertó tarde y cayó 3-2. El playoff se comprime, con los leoneses mantiendo su tercer puesto pero con Celta B y Zamora empatados a 34 puntos con los de Idiakez.

La derrota ante el Celta B parecía haber desalmado al equipo. Aquel primer gol de Solís fue absorbiendo el espíritu de una Cultural que se quedó sin ningún tipo de orgullo en el final de aquel choque y esa sensación se mantuvo en el Ruta de la Plata en el arranque del partido.

Como si el Zamora se jugara todo y la Cultural no tuviera objetivos en el horizonte, la intensidad y la actitud de ambos equipos era como el día y la noche, como el blanco y el negro. Los rojiblancos sabían que sólo valía ganar, lo mismo que a los de Idiakez, pero lo demostraron los de casa. En la primera jugada del partido, Ramos asistió a Coscia, que pudo controlar, girarse ante Rodas y fusilar a Zubiaurre para adelantar al Zamora en el minuto 2.

El primer capítulo del choque no podía ser peor para la Cultural que buscaba en Zamora emular 'La Odisea' de Homero y, en cambio, comenzó a escribir una novela de Alfred Hitchcock. Ni el culturalista más pesimista había imaginado un inicio peor de partido donde, cinco minutos después, Virgil tuvo una pérdida imperdonable cerca del área intentando irse de su contrincante para iniciar una jugada que acabaría con un centro que Coscia, ganando la partida a Toni Abad, convirtió en el 2-0. El argentino, que no había marcado en toda la temporada, encontró en la desidia de la Cultural su víctima ideal.

Este pésimo inicio de partido no fue respondido con un arrebato de orgullo o corazón. Nada. La Cultural deambulaba por el campo, con un esquema excesivamente defensivo con cinco defensas y tres mediocentros que no daba pie a la presión y sí a un equipo hundido que esperaba a un Zamora plácido sobre el césped.

La Cultural no tenía propuesta ni ideas. Apenas se acercó dos veces al área de Villlanueva con jugadas que no llegaron a buen puerto mientras los zamoranos controlaban el partido, bajaban las revoluciones a su gusto y metían miedo con simples centros laterales.

La novela de terror tuvo sustos en forma de golpes. Virgil quedó conmocionado por un choque en un córner a favor y Rodas, tras recibir un pelotazo en la cabeza, tuvo que retirarse unos minutos del césped. Todo estaba en contra de una Cultural que no reaccionaba ni en el campo ni en el banquillo.

Tuvo que superarse la media hora de juego para que Idiakez moviera ficha. El técnico dio entrada a Kawaya y Bravo en lugar de Toni Abad y Virgil para dar al equipo mordiente ofensiva, adelantar líneas y colocar un esquema con más opciones de ataque. La reacción fue instantánea con una ocasión de Kawaya que se fue alta un golazo de Castañeda, tras un recorte en la frontal y disparo al palo largo, que supuso el 2-1 en el primer gol de la temporada del conjunto leonés desde fuera del área.

Pero en un día dispuesto al terror, la desilusión no tardó en llegar. En la siguiente jugada, Éric Montes cometió penalti por una desafortunada mano que Dani Hernández transformó en el 3-1 cuando la Cultural parecía despertar y poder optar a sacar algo positivo del Ruta de la Plata, que quería ser la continuación del thriller visualizado una semana antes en el Reino de León.

No salió mal la Cultural tras el descanso, que en la primera jugada encontró el gol tras una asistencia de Kawaya que remató a puerta Héctor Hernández, pero que el árbitro anuló por fuera de juego.

Pero el capítulo de infortunios seguía golpeando a la Cultural. Rodas cayó mareado de nuevo, a consecuencia, probablemente, del pelotazo recibido en la parte lateral de la cabeza en la primera mitad. En camilla, el valenciano se retiró dejando su lugar al jugador del filial López, que debutaba así con el primer equipo.

Esta pausa por el incidente de Rodas enfrío esa reacción culturalista en la que un gol podía lanzar a los de Idiakez. Fuera como fuese, el cambio de actitud era notable, más allá de aciertos o impreciosiones con el balón en los pies o a nivel táctico, y era fundamental para poder tener alguna opción de remontada.

La Cultural se hizo con el balón, pero la falta de ideas y movimientos impidió que en el ataque posicional llegaran ocasiones de peligro. Sólo las individualidades de Kawaya generaban cierto desborde e imprevisibilidad, pero sin una clara oportunidad. El que sí la tuvo fue el Zamora, por medio de Menéndez, pero el pie de Zubiaurre, providencial, evitó el cuarto.

La posesión era azul - el color que vestía la Cultural en Zamora - pero para nada equivalía a peligro y dominio, ya que los locales estaban consiguiendo que los de Idiakez tuvieran poca regularidad, escasas ventanas hacia al área y muchas interrupciones del juego, logrando que futbolistas como Dioni estuvieran fuera de partido y desesperados.

Y fue en una aparición de Dioni cuando llegó el gol que daba cierta esperanza a la Cultural. El malagueño completó una gran acción cayendo a banda izquierda que finalizó en un centro que, tras un rechace de la defensa local, acabó en los pies de un Bravo que, de volea, puso el 3-2.

En los últimos minutos, la Cultural se lanzó en busca del empate, impensable en la primera mitad y posible en el tramo final de choque ante un Zamora que intentaba, como en con el primer gol leonés, apaciguar los ánimos culturalistas con un gol rápido.

Los de Idiakez adelantaron líneas, dejando el carril izquierdo entero para Castañeda, con alguna ayuda de Escardó, y un Zamora que se hundió en defensa para defender su valiosísima ventaja que les volvía a meter en la lucha por el playoff.

Una de las imágenes del partido la dejó el Zamora dando entrada a Mapisa, portero suplente, como jugador de campo ante la plaga de bajas de los rojiblancos. En los minutos finales, el asedio leonés fue total, con el central Piña como damnificado, cayendo desplomado tras un balonazo en la cara del que se recuperó instantes después.

Hasta el final, con un Escardó que aportó cierta clarividencia en sus minutos al cuadro leonés, lo intentó la Cultural, que acusó el sobreesfuerzo de tener que tratar de remontar, en primer lugar, un 2-0, y más tarde un 3-1. Los culturalistas llegaron exhaustos a un final de partido en el que no lograron el propósito, cayeron y comprimen la lucha por el playoff. Comienza ahora una carrera a tres sprints donde ya no hay ningún margen de error.