Shinova: «No hay una conciencia de lo que significa la música en vivo y eso afecta a muchas familias»

'La Buena Suerte' no solo es el nuevo trabajo de Shinova también es la sensación que genera esta banda al saber que vuelven a estar de gira. Los de Bérriz demuestran una vez más porque son una de las bandas con más proyección del panorama nacional con este nuevo trabajo compuesto a caballo entre la normalidad y la nueva normalidad. Sin perder la humildad y con 'La sonrisa Eterna' que caracteriza a este grupo, Gabriel de la Rosa, nos recibe para contarnos las sensaciones de volver a subirse al escenario.

-De nuevo de gira, ¿ya había ganas?

-Si, hemos preparado cada concierto de manera especial, como es tan difícil estar en una escenario ahora mismo queremos que cada momento que pasemos encima sea especial para nosotros y por supuesto para la gente que es lo importante.

-¿Se acostumbra uno a tocar en pandemia?

-Si, recuerdo nuestro primer concierto en pandemia que fue Gijón y fue el más complicado. Salíamos del estudio y vimos como había cambiado la forma de tocar, los primeros minutos de ese concierto fueron impactantes pero cuando la música empezó a fluir se nos pasó. Con los meses todo ha ido mejorando sobre todo gracias al equipo que nos rodea que desde el principio han hecho todo perfecto y gracias a ellos nosotros podemos hacer una gira.

-¿Cuánto se adapta un concierto de Shinova a la pandemia?

-Nosotros siempre hemos tenido varios formatos que nos funcionan, desde el acústico hasta el eléctrico. Hay momentos de más intimidad donde sacamos la acústica pero estamos yendo en eléctrico. Es cierto que hay más contención porque somos conscientes de que no podemos mantener los niveles de energía que teníamos en conciertos anteriores. Hemos distribuido el ritmo de otra manera a lo largo del bola. Necesitábamos estar en un escenario y estamos viendo que nos está dando la vida.

-Presentan 'La buena suerte' su nuevo disco del que muchas canciones ya salieron en forma de single….

-Los singles eran temas muy potentes que decidimos sacar de forma solitaria. Es cierto es que al sacar varios singles teníamos el miedo que la gente no fuese consciente de que teníamos nuevo trabajo, pero luego creo que el público ha entendido que en su conjunto las canciones de este disco cobran un sentido diferente.

-Ahora al tocar varias veces en una misma ciudad, ¿no tendrán problema al elegir repertorio?

-Ese debate siempre va a estar y eso es algo bonito. Sobre todo se centra en la dinámica del concierto porque hay temas que sabemos que son importantes que suenen. Cuando tienes que elegir el repertorio salen dos vertientes, por un lado, lo que tú quieres tocar y por otro, lo más acorde para que el concierto este completo. Hay veces que piensas en dejar fuera una canción que llevamos tocándola tanto tiempo para darle oportunidad a otra pero también sabes que hay gente que compra su entrada porqué hay canciones que son imprescindible. Cuesta mucho sacar un tema del repertorio porque de alguna manera algo de magia se cae del bolo, pero trabajamos mucho por bloques para que el concierto sea dinámico y tengan sentido.

-¿Cómo es componer ahora?

-Van surgiendo cosas, el otro día escuche una frase y me la guarde y a raíz de ahí empecé a desarrollar una idea que no sé para donde terminará. Cada canción nace de una manera diferente en un lugar diferente, muchas veces estas esperando a las musas con la guitarra pero no llega nadie.

-¿Cuándo verán la luz esas nuevas cosas?

-Le queda mucha vida a 'La buena suerte' pero es cierto que hay planes de cosas especiales pero de momento todo está en el aire, ahora testamos centrados en este trabajo y en los directos.

-¿Qué le ha parecido el concierto de Love Of Lesbian que ofrecieron para 5.000 personas?

-Es muy buena noticia, me ha alegrado muchísimo y ojalá se pudiera llevar a la práctica de forma habitual.

-Lo cierto es que no había ningún contagio en el mundo de la cultura…

-Hoy en día se cuida hasta el mínimo detalle en la producción de un bolo, nadie se puede permitir el lujo de dar un paso en falso, porque sabe que si alguien cómete un fallo, el de al lado también cae. Esto no es un discurso víctimista es real.

Este detalle deja en evidencia la ignorancia de determinada gente sobre los conciertos, quien ha ido sabe que el público está sentado, con su mascarilla y respetando en todo momento las medidas anticovid.

-¿El sector cultural está notando mucho la pandemia?

-Incluso habiendo conciertos las cifras no son las mismas y la gente lo está pasando muy mal, por supuesto que en otros campos también pero yo hablo de este mundo porque lo conozco y veo cosas injustas.

No hay una conciencia de lo que significa la música en vivo y eso afecta a muchas familias.

-Parecía que al principio todo el mundo estaba concienciado en apoyar a la cultura…

-En los primeros meses de confinamiento todos tuvimos miedo y nos encontramos con una realidad que no conocíamos, ni siquiera pensábamos que podría llegar a suceder.

Por eso todos tuvimos la necesidad de abrazarnos y apoyarnos a través de las redes sociales y de la cultura en forma de música, literatura o cine. Pero poquito a poco volvimos a ese estado que desde hace mucho tiempo decidimos ser; volver a señalarnos, a la crispación, a ese odio latente. Es una pena, porque aunque suene un poco idílico, la única forma de salir de esto es entendiendo que todos somos lo mismo, que surgimos del mismo lugar y que vamos a acabar todos en el mismo lugar y el trayecto qué está en medio lo tenemos que hacer lo mejor que podamos, dejando el mejor mundo posible a las siguientes generaciones; eso no se consigue a través de la crispación ni del odio.

-Ahora, ¿cómo ve sus canciones más antiguas?

-Lo bonito de las canciones es que, incluso para nosotros, varia el resultado. Los temas las vistes de una manera salen a la calle y cuando regresan vuelven de otra. Las canciones se adaptan mejor a los tiempos que las personas.