El colegio de Peñacorada organiza una charla sobre el «arte de la exigencia amable». Colegio peñacorada

El colegio de Peñacorada organiza una charla sobre el «arte de la exigencia amable»

«Es una tarea de justicia de padres y educadores que la adolescencia no se malogre», indica la experta Fátima Morán

Leonoticias

León

Lunes, 14 de noviembre 2022, 18:55

El colegio internacional Peñacorada acogió una nueva conferencia dentro del «Proyecto F» dirigido a padres que estuvo a cargo de la profesora licenciada en Humanidades y subdirectora de la etapa de Secundaria y Bachillerato en Peñacorada, Fátima Morán. El título fue «El arte de la exigencia amable».

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Comenzó su intervención afirmando que «hace falta otra mirada a los adolescentes para lograr que esta etapa de maduración sea motor para su desarrollo emocional y cognitivo».

Planear el siguiente objetivo

Para Fátima Morán es importante «convertir la exigencia en motivación» aunque ella misma afirma que no es tarea fácil no es fácil. «¿Cómo se enseña la exigencia?» es otra de las preguntas que lanzó al auditorio. Para ella «es el arte de plantear un nuevo objetivo mientras se disfruta de la consecución del anterior formando el adolescente parte del premio».

«La exigencia amable no debe confundirse con el todo vale» siguió diciendo la subdirectora de Peñacorada. «Es más bien saber convertir la exigencia en responsabilidad; es tener el don de la oportunidad para saber cuándo, cómo y cuánto exigirles; es la actitud de escucha activa y conocer sus razones para poder conceder sin ceder; es el modo afable de explicar nuestros síes y sobre todo nuestros noes; es no tener diálogos moralizantes; es dar importancia a los momentos de encuentro...» remarcó la profesora Morán.

Huellas negativas inolvidables

«El adolescente busca autoafirmarse y por eso »va a lo suyo«. La dificultad está en comprender estos cambios y establecer unos límites, motivarlos a que salgan de ellos mismos y ayudarles a unir razón y sentimiento» afirmó la ponente ante los padres del colegio Peñacorada.

Su conferencia terminó con estas palabras: «Es una tarea de justicia y responsabilidad de padres y educadores que la adolescencia no se malogre y deje, en la plasticidad de su cerebro, huellas negativas inolvidables. Exige una actitud, cultivada día a día, de quien quiere llegar al descubrimiento de su propio hijo/alumno con una exigente comprensión y no con un »deber ser«. Lo que hacen o tienen durante esta etapa habla de ellos, pero... ¿representa verdaderamente quién es? Su personalidad es un constructo tan complejo como dinámico que fluctúa en función de experiencias, intereses, expectativas y se alimenta de la seguridad, la percepción de saberse único y diferente».

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