Puigdemont y Borràs reivindican la DUI del 27-O frente el silencio de Aragonès
El expresidente aprovecha la efeméride para cargar contra Esquerra
Cristian Reino
Barcelona
Miércoles, 27 de octubre 2021, 14:05
El independentismo, especialmente los dirigentes de Junts, ha reivindicado este miércoles la declaración de independencia del 27 de octubre de 2017, del que hoy se cumplen cuatro años. No obstante, más allá de los recuerdos en las redes sociales, el secesionismo ha pasado de puntillas por la efeméride, a diferencia del 1-O, conmemorado semanas atrás con una amplia agenda de eventos oficiales y de protesta. La única que ha programado un acto para defender el 27-O ha sido la presidenta de la Cámara catalana, Laura Borràs, que ha leído una declaración institucional en el Parlament, acompañada por los miembros independentistas de la Mesa del hemiciclo. Borràs ha afirmado que la declaración de independencia es hoy cuatro años después más «necesaria que nunca» y que el «objetivo sigue plenamente vigente». A su juicio, la mayoría secesionista en la Cámara «obliga» a las fuerzas nacionalistas a mantener el rumbo hacia la ruptura. «Es nuestra responsabilidad», ha advertido, «no desatender» el objetivo de ser independientes. A su entender, la DUI fue una «mano tendida» al pacto con el Estado, que no atendió, pues la repuesta fue la «represión» y el 155. Borràs ha comparecido en el Parlament, tras acudir al TSJC a arropar al exvicepresidente de la Cámara catalana, Josep Costa, detenido por no comparecer ante el juez. La dirigente nacionalista cree que no es una casualidad y una provocación que su arresto se haya producido en el aniversario del 27-O.
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El secesionismo ha cerrado filas con Costa, pero en cambio la efeméride del 27-O ha sido motivo de un nuevo choque entre los líderes del soberanismo. «Hace cuatro años que declaramos la independencia de Cataluña. Llevamos cuatro años defendiéndola de quienes la quisieran borrar y también plantando cara a los golpistas del 155, aunque algunos hoy quisieran borrarla de su biografía», ha afirmado en su cuenta de Twitter Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat y principal impulsor de la proclamación de la República. Sus críticas tenían un destinatario: ERC. Y en concreto Raül Romeva, consejero de Exteriores de su ejecutivo, que el martes se desmarcó de la DUI. «Fue una decisión de Puigdemont. Los demás la secundamos», afirmó en el diario Crític. Sus palabras han levantado ampollas en el nacionalismo. El president Pere Aragonès, en cualquier caso, ha evitado un recuerdo explícito al 27-O. Sobre la detención de Costa, ha tuiteado: «Ante la represión y la judicialización permanente contra el independentismo: amnistía, autodeterminación e independencia», ha afirmado. Pero ninguna alusión al 27-O, que incomoda ahora a los dirigentes republicanos. Si lo ha hecho el vicepresidente, Jordi Puigneró, de Junts: «Hoy hace 4 años el Parlament de Cataluña declaró la independencia pero no se desplegó. Y hemos aprendido que para hacerla efectiva, la unidad es necesaria pero no suficiente. Con perseverancia diaria, cívica y democrática, lo conseguiremos. Porque sabemos que no hay alternativa a la independencia», ha expresado en redes sociales.
El expresidente Quim Torra también ha aprovechado un tuit para reivindicar la declaración de independencia. «Se pretende desligar el 1-0 del 27-0 y reducir el proceso de independencia a un acto puntual de desobediencia. Pero entonces nada tendría sentido. El 1-O es fundacional porque la ciudadanía, de acuerdo con los programas electorales y las leyes de transitoriedad, votaba constituir una República», ha apuntado.
Cuatro años atrás
Hace cuatro años, en un Parlamento fracturado, en el que la mitad del hemiciclo (Ciudadanos, PSC y PP) decidió ausentarse de la votación, el independentismo declaró la secesión. Fue solo una proclamación retórica, toda vez que el Govern no tomó decisiones ejecutivas para poner en marcha la república. Puigdemont ni siquiera ordenó arriar la bandera española del Palau de la Generalitat y aceptó de facto la destitución ordenada por Mariano Rajoy a través del 155. A los dos días, decidió marcharse a Bruselas, donde sigue hoy cuatro años después. La proclamación aprobada por los secesionistas decía: «Constituimos la República Catalana, como Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social; disponemos la entrada en vigor de la Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República; iniciamos el proceso constituyente, democrático, de base ciudadana, transversal, participativo y vinculante».
En el cuarto aniversario del 27-O, ERC y Junts no debaten sobre cómo hacer efectiva la república, sino que mantienen una pugna partidista por el poder. Republicanos y postconvergentes chocaron ayer por enésima vez a cuenta de la propuesta de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, de eliminar un artículo del reglamento de la Cámara catalana para intentar blindarse ante un posible procesamiento por la causa que tiene abierta por presunta corrupción. La pelea entre socios se ha mantenido un día después, cuando ha trascendido que Borràs ha propuesto a Francesc de Dalmases, diputado de su máxima confianza, para un cargo en el Consejo de Europa en el congreso de poderes locales y regionales. Borràs dio a entender en la reunión de la Mesa de ayer que la decisión contaba con el visto bueno de ERC y del presidente de la Generalitat, pero los republicanos lo han negado.
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Borràs ha reclamado a sus socios, en Twitter, «solidaridad antirrepresiva», pues considera que su causa penal no es corrupción, sino persecución política. «Hace falta unidad para conseguir la independencia», ha asegurado. Esta unidad brilla por su ausencia, cuatro años después de la DUI. Junts se niega a sentarse en la mesa de diálogo, en la que el Gobierno y la Generalitat buscan una salida a la cuestión catalana. Los nacionalistas piden además a ERC formar un frente común para negociar los Presupuestos Generales del Estado, pero los republicanos dan largas. «Hoy hace 4 años de uno de los días más bochornosos de la historia de Cataluña, con una declaración fantasmagórica de secesión que dividió y empobreció a los catalanes. Afortunadamente nuestro Estado de Derecho prevaleció y el 155 restableció el orden democrático», según ha recordado Carlos Carrizosa, de Ciudadanos.
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