Un obrero trabajando al sol en plena ola de calor.
Trabajadores leoneses

Las profesiones al sol en plena ola de calor: «La sombra es nuestra mejor aliada»

El calor obliga a los trabajadores a buscar remedios para combatir las altas temperaturas en estas fechas, llegando a ser «imposible trabajar después de las 12:00«

Diego Nicolás Alonso

Miércoles, 9 de julio 2025, 08:12

Con el calor disparado día tras día, salir a la calle se ha convertido en un deporte de riesgo. Y no todos pueden permitirse el lujo de resguardarse bajo el aire acondicionado en casa o en la oficina. Hay muchos trabajadores que, pese a las alertas por calor, siguen cumpliendo con su jornada a pleno sol a 35 grados.

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Jornadas al amanecer y sombras buscadas

«La sombra es nuestra mejor aliada», dice Yolanda Alonso, profesora de jardinería desde hace más de 10 años. A primera hora de la mañana, cuando el calor aún da tregua es cuando se abordan los trabajos más duros. «Después de las 12:00 hay que hacer tareas más ligeras, y por supuesto, nunca sin agua. Siempre hay que llevar ropa clara y protección solar», explica; y si se puede, un spray de agua, «para refrescarse».

Diferentes oficios trabajando en la calle en verano.

Su caso no es el único. David Palomo, agricultor, cuenta que el campo también se adapta al termómetro. «Trabajamos muchas horas, empezamos a las 6:00 y hasta la noche. Sulfatamos por la noche y regamos de día. Después de comer es imposible estar en el campo, por eso la siesta es sagrada», bromea. Aún así, recuerda que lo más importante es la hidratación: «Agua fresquita y a menudo, si no, no hay cuerpo que aguante este calor».

Cocinas, ferias, carreteras: el calor no descansa

En la ciudad, otros oficios tampoco pueden bajar el ritmo. Cocineros y camareros sin aire acondicionado, técnicos de mantenimiento que instalan aires acondicionados, repartidores de Glovo que se mueven en bici en horas punta, y personal de limpieza y mantenimiento urbano a pleno sol en la calle, enfrentan turnos que se vuelven aún más duros bajo una temperatura que no perdona.

También los trabajadores de carretera, que pintan líneas sobre el asfalto o reparan vías mientras el suelo quema. Los socorristas, que aunque parezcan poder estar bien bajo la sombrilla, están horas al sol controlando piscinas y zonas de baño. O los guías turísticos que, en pleno julio y agosto, hacen rutas de dos horas por la ciudad con grupos que apenas pueden seguirles el ritmo.

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Sin aire ni tregua

La situación se complica más cuando el trabajo se realiza en espacios cerrados sin ventilación o aire acondicionado. Restaurantes donde el calor de la cocina, sumado al de fuera, convierte las jornadas en auténticos maratones. Y en verano, los eventos, conciertos y ferias suponen jornadas al aire libre para montadores, técnicos y personal de organización.

Incluso los periodistas, acostumbrados a estar en la calle, sufren más que nunca al tener que grabar, entrevistar o hacer coberturas sin sombra.

Precaución, sentido común y adaptación

«Hay que tener mucha precaución con los golpes de calor, que crees que no pasan hasta que te pasan«, advierte Yolanda, que ya ha visto varios alumnos en su carrera profesional que han tenido problemas con la temperatura. No es un consejo cualquiera: los síntomas como mareos, fatiga, dolor de cabeza o piel muy caliente pueden avisar de un problema grave. »Conocer los riesgos, equiparse bien y escuchar al cuerpo lo es todo« concluye David desde su tractor.

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En una ciudad como León, donde el verano ha dejado de ser suave por el dia y predecible, proteger a quienes trabajan expuestos al sol no debería ser una sugerencia, sino una prioridad.

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