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Fachada del CEIP Ponce de León. Sandra Santos
¿Quién fue...?

Ponce de León, el monje que enseñó a los niños sordos a hablar a través de las señas

El pedagogo y monje benedictino nacido en Sahagún lleva el nombre de este centro desde su fundación en 1936 como colegio femenino

Martes, 17 de junio 2025, 08:21

De la exclusión y la estigmatización a la plena inclusión y reconocimiento de sus derechos e identidad cultural, pasando por la creación de una legua propia que les permitía poder comunicarse con la sociedad. A día de hoy, la comunidad sorda aún lucha por que se les reconozca la legua de signos como idioma oficial, un acceso equitativo a la información y la cultura, un respeto a su identidad cultural y lingüística y una educación intercultural bilingüe para los niños. Pero esta reivindicación no viene de ahora.

Esta lucha por una educación inclusiva se remonta al siglo XVI con la figura de un monje benedictino nacido en Sahagún, Pedro Ponce de León, que enseñó a hablar a niños sordos y que en un colegio de León se han encargado de no olvidar.

«Estamos muy orgullosos de llevar el nombre de Ponce de León y hoy en día seguimos trabajando por favorecer la inclusión de todos estos niños y de todos los que lo necesiten», comenta Raquel Serrano, directora de un centro que nació en 1936 como grupo escolar femenino pero no fue hasta 1970 cuando tomó forma en su actual ubicación en la calle Serranos: «Hace aproximadamente 450 años, la que es hoy la iglesia de Santa Marina la Real era entonces la iglesia del colegio de San Miguel y de Todos los Ángeles que estaba anexa al primer colegio de los jesuitas», explica Enrique López, profesor del centro. «200 años después se construyó este colegio bautizándolo como Ponce de León en honor a Pedro», continúa López.

Pero, ¿quién fue Ponce de León y por qué un colegio lleva su nombre?

Raquel Serrano y Enrique Maestro, directora y profesor del centro. Fachada del colegio e ilustración de Ponce de León.
Imagen principal - Raquel Serrano y Enrique Maestro, directora y profesor del centro. Fachada del colegio e ilustración de Ponce de León.
Imagen secundaria 1 - Raquel Serrano y Enrique Maestro, directora y profesor del centro. Fachada del colegio e ilustración de Ponce de León.
Imagen secundaria 2 - Raquel Serrano y Enrique Maestro, directora y profesor del centro. Fachada del colegio e ilustración de Ponce de León.

Poco se conoce de la infancia de Pedro Ponce de León, tanto que se duda, incluso, de su año de nacimiento. Algunos expertos lo datan en 1510, otros en 1546 y hasta 1520. Lo que sí que se tiene claro es que nació en la villa de Sahagún y estudió en el monasterio de San Benito donde en 1526 tomó el hábito benedictino observante.

Por causas que también se desconocen es desterrado al monasterio burgalés de San Salvador de Oña donde permaneció el resto de su vida: «Ponce de León fue un pedagogo y monje benedictino español. Nace en Sahagún en 1516 donde estuvo muchos años, pero se traslada a Burgos hasta su fallecimiento en 1584. Es el abad del monasterio, pero paralelamente da clases a un par de niños que son hijos del hermano de un marqués muy conocido de la época, el marqués de Berlanga», explica Enrique López, profesor del CEIP Ponce de León.

«Inventó una especie de método bimanual para enseñarles a leer y escribir», puntualiza López.

Y es que Ponce de León, siguiendo su instinto, se enfrentó a una sentencia de Aristóteles en la que se declaraba que los sordos de nacimiento estaban imposibilitados para hablar y elevarse a las ideas abstractas y morales. Un acto que le marcó personalmente cuando se le negó al noble Gaspar de Burgos el sacerdocio a causa de su sordomudez. Ponce de León se rebeló contra esta decisión y se encargó de instruirle hasta que consiguió que hablara, que pudiera confesarse e incluso que escribiera alguna palabra.

Este éxito despertó la atención del marqués de Berlanga que tenía dos hijos mudos, Pedro y Francisco, y que, según las leyes del momento, su mudez les impedía heredar: «Con su mano derecha o con su índice señalaba y en la mano izquierda hacía las formas de las letras, ese era el primer paso. Después, los nombres de los objetos los enclavaba en los mismos y finalmente los enseñaba a leer las palabras y a escribirlas. Por lo cual, fue uno de los precursores de la enseñanza para niños sordomudos», comenta Enrique López.

Un gran avance para la época que podría conllevar consecuencias jurídicas puesto que si estos niños podían hablar podían heredar, aunque fuesen sordos. Así, el licenciado en Derecho Lasso fue enviado a Oña para observar el método de Ponce de León y constatarlo en el 'Tratado legal sobre los mudos' de 1550.

Pero no solo Lasso evidenció este método del benedictino, fray Ambrosio de Morales, fray Juan de Castañiza o el médico de Felipe II, Francisco de Vallés, también dieron testimonio de esta revolución que posiblemente viniera de los gestos o señas que los monjes benedictinos debían aprender para comunicarse debido al voto de silencio. Pero, Ponce de León fue un paso más allá y no sólo quiso que las personas sordas se comunicaran a base de señas, sino que pronunciasen palabras: «Fue el precursor de la enseñanza para niños con hipoacusia», destaca Raquel Serrano, directora del CEIP Ponce de León.

Un monje inconformista que supo ver más allá de los estigmas y los pensamientos del momento viendo que las limitaciones sensoriales no eran un impedimento para el acceso tanto a la educación como a la vida social de las personas, en su caso, poniendo énfasis en las personas sordas.

Y entre libros, evaluaciones y despedidas, esta sección se coge unas vacaciones hasta septiembre para volver con más energía, más curiosidades y más personajes ilustres.

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