Antonio Suárez sostiene uno de los recuerdos que ha creado durante la pandemia. Sandra Santos

Arte antiguo para un recuerdo eterno

Buscando aportar de forma altruista a la sociedad y, consciente de que lo de coser mascarillas no era una opción por no dominar ese arte, Antonio Suárez elabora en 'El Escribano' un recuerdo artesanal único y gratuito para los familiares de aquellos que fallecieron durante la pandemia

Nacho Barrio

León

Viernes, 21 de agosto 2020, 09:13

Entrar en su librería es volver atrás en el tiempo. Una época en la que no hay buen trabajo sin mimo, esmero y tiempo. Donde vale más la calidad que las prisas y donde la radio pone la modernidad a un espacio en el que la historia se saborea con calma.

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Es precisamente la radio la que acompañó a Antonio Suárez durante lo más duro de la pandemia, cuando la trapa de 'El Escribano' estaba bajada y su labor adquirió aún más ese carácter de escriba de otro tiempo. A través de las ondas comenzaron a informar sobre personas anónimas que, con la única (e impagable) intención de aportar, se lanzaban a confeccionar mascarillas, crear respiradores o tejer equipos de protección individual. «La gente hacía todo eso pero yo no sé coser, solo escribir y pintar», confiesa el gerente de la librería.

No fue ningún problema porque si no había manos para coser, había ingenio para imaginar. «Hace unos años hice un recordatorio para la defunción de un cliente por encargo, por lo que decidí que esa misma estampa podría personalizarla», explica. Y dicho y hecho.

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Galería. NB

Un pequeño cartel en el escaparate anuncia la iniciativa. A todos aquellos que han perdido a un ser querido durante la pandemia (sea a consecuencia del coronavirus o por otras cuestiones), Antonio les obsequia con una lámina única en la que el Pantocrator de San Isidoro y una frase, unas palabras o simplemente el nombre sirven para recordar al que ya no está. «Quería que los familiares y amigos tuvieran este recuerdo, que tuvieran ese bálsamo en un momento tan duro», señala.

Un anuncio en su página de Facebook ayudó a que las peticiones se contaran por decenas... Y no solo en León. «Nos circunscribimos a la ciudad porque yo soy de León y lo amo y aquí resaltamos su historia, y con el Pantocrator es algo más que un símbolo religioso. Hay creyentes y no creyentes, pero leoneses somos todos».

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Una imagen cercana y querida

El Pantocrator se San Isidoro en su mandorla, creado por Antonio tiempo atrás, ofrece una imagen reconocida y reconocible que brinda esa sonrisa cercana del Padre y que le ha llevado a vivir momentos donde los sentimientos están a flor de piel.

«Cuando vienen a recogerlo se crea un momento único. Pones cara a esa persona y lo lógico es la discreción, pero a veces surgen unas palabras y hay emociones, porque es increíble lo que estamos viviendo y aquí lo he podido palpar de cerca. No soy sanitario y gracias a Dios no he perdido a nadie cercano, pero si estás en sociedad esto no te resbala», comenta emocionado el dueño de 'El Escribano'.

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Antonio sigue con su trabajo minucioso en este rincón de la ciudad vieja, ofreciendo ese consuelo para aquellos que por culpa de la enfermedad que asola al mundo no pueden despedirse como se merece de los que partieron en el peor momento.

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