
La xana de la fuente de la Vallina que sigue esperando a ser rescatada
La leyenda cuenta que en un paraje cercano a la localidad leonesa de Gete habita una xana que cumple una condena por un mal de amores y sigue esperando que alguien la libere de este hechizo
Los vecinos de Gete, en la comarca de los Argüellos, han escuchado en multitud de ocasiones de hablar de la fuente de las Vallinas. Y, cómo no, de la xana que, cuenta la leyenda, habita en este enclave y cuya historia ha corrido de boca en boca, de generación en generación.
Esta fuente de la Vallina está en un lugar un tanto aislado, en un valle a unos 500 metros del casco urbano de Gete. Desde un camino, repleto de piedras, en el que en invierno el sol está totalmente ausente, se llega a él.
Es un lugar angosto, en un valle escoltado por prados, piedras y árboles, y donde el viento ulula cada invierno. Pero la leyenda cuenta que no es el viento, sino que esos sonidos son los lamentos de las xanas que habitan en las aguas del arroyo Gete.
La gélida fuente de la Vallina
Y allí se encuentra la fuente de la Vallina, con un agua cristalina y gélida, acorde al enclave en el que está ubicada. Dicen sus gentes que es imposible aguantar con las manos en sus aguas más de un minuto.
La leyenda cuenta que en esa fuente vive una xana, condenada a vivir allí por un pecado de amores, pero muy rica en joyas. Se dice que a una vecina, la tía Periquita, le llenó el mandil de canicas y le prometió que no las mirase hasta llegar a Gete o se convertirían en carbones.
La tía Periquita contravino la orden y las miró, fruto de la curiosidad, y vio que eran carbones. No se creyó a la xana. Pero, una vez en Gete, encontró una onza de oro y entendió que la xana no le había mentido.
La historia de Gabriel
El sonido quejoso de la xana se escucha todo el año, especialmente en invierno, pero sólo se deja ver en la noche de San Juan. A las 00:00 horas. Y dice la leyenda que es bellísima, con una larga melena rubia que brilla en mitad de la noche. Está esperando a que un mozo de la zona acuda a verla y la libere de su hechizo dándole de beber agua de la fuente de la Vallina en sus manos.
Un joven de la zona, Gabriel, decidió hacerlo. Después de estar trabajando todo el día en el campo, subió hasta la fuente de la Vallina a esperar a la medianoche para ver a la xana y rescatarla. Pero se durmió en la espera, cansado por el largo día de trabajo que había tenido.
La xana sí había aparecido, pero no pudo ser rescatada. Aun así, dejó muestra de su paso y, cuando Gabriel despertó, tenía junto a él el peine de cuerno de castrón que la xana utilizaba para adecentar su pelo.
- Temas
- Leyendas de León
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.