Coworking rural en León: siete lugares para nómadas digitales en entornos naturales
Una red de espacios rurales permite trabajar en remoto con todas las comodidades, lejos del ruido de la ciudad
El teletrabajo ha cambiado la forma en la que muchas personas viven y viajan. Ya no es necesario estar en una gran ciudad para desarrollar una actividad profesional conectada. De hecho, cada vez más gente elige su destino, ya sea para unas semanas, unos meses o de forma permanente, en función de si dispone de buenas conexiones y espacios adecuados para trabajar. En este contexto, los pueblos de León han dado un paso adelante con una apuesta clara: ofrecer espacios de coworking rurales totalmente equipados y adaptados a las necesidades de los nuevos trabajadores digitales.
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Una de las iniciativas más destacadas es la impulsada por la asociación Cuatro Valles, que ha desarrollado una red de coworkings distribuidos en varios municipios del noroeste leonés. El objetivo: facilitar el acceso al teletrabajo tanto a los vecinos como a visitantes temporales o turistas, promoviendo así la igualdad de oportunidades entre el mundo rural y el urbano.
Actualmente, esta red cuenta con seis espacios operativos ubicados en Canales, Brañuelas, Caboalles de Arriba, Murias de Paredes, Matallana de Torio y Rioseco de Tapia. Estos centros están gestionados por los propios ayuntamientos y cuentan con todos los servicios necesarios: conexión a internet (mayoritariamente fibra óptica), impresora multifunción, zonas de café, salas comunes para networking y, en algunos casos, servicios complementarios como peluquería, estética o atención psicológica.
Precios y modalidades
Además, su entorno es uno de los grandes atractivos. Muchos de estos espacios están rodeados de naturaleza, como el de Caboalles de Arriba, lo que permite trabajar en un entorno tranquilo y saludable, ideal para mejorar la concentración y el bienestar.
Cada coworking ofrece una media de seis plazas y se adapta a diferentes perfiles de usuario. Existen tres modalidades principales, por un lado los llamados 'residentes', que son usuarios fijos que trabajan todo el mes en el espacio (unos 65 €/mes). Las 'nómadas digitales', que son personas que trabajan de forma puntual durante su estancia en la zona, con tarifas diarias (desde 4 €) y, por último, los 'usuarios virtuales', que utilizan el coworking como sede social o de referencia, aunque esta modalidad es menos frecuente.
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Trámites y accesos a los espacios
El acceso a los espacios también ha sido adaptado a los nuevos tiempos. Algunos centros funcionan con llave digital a través de una app, que permite abrir y cerrar remotamente, mientras que otros entregan llaves físicas gestionadas por el ayuntamiento. Para hacer una reserva, lo más práctico es contactar directamente con el consistorio de cada localidad. También es posible consultar la disponibilidad y más información a través de la web oficial: https://cowocyl.com
Desde Cuatro Valles se ha trabajado en la creación de una imagen corporativa común, la elaboración de modelos de ordenanzas municipales, formularios de solicitud, y la organización de jornadas formativas e informativas en cada espacio. Además, este proyecto forma parte de una iniciativa más amplia: Cowocyl, una red de espacios de coworking rurales de Castilla y León que busca dar visibilidad y valor al mundo rural como lugar de vida y trabajo.
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