Marcos Sahelices posa con el centeno que creará el teito. En pequeño, el armazón del lagar. PLP

El nuevo reto del albañil que recupera construcciones tradicionales de León: un lagar con cubierta de teito

Marcos Sahelices levanta en Villaverde de Sandoval un pequeño almacén-bodega que cubrirá con un tejado de paja hecho con el centeno que ha plantado

Martes, 29 de julio 2025, 08:22

Teito o teitu, dícese en León y Asturias para designar cualquier cubierta o techumbre de una edificación hecha con material vegetal, habitualmente paja, como las que se observan en las pallozas de las regiones del noroeste de España. Una forma de construir tan antigua como prácticamente olvidada que pronto cobrará vida en un pueblo a poco más de 25 kilómetros de León ciudad.

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Porque ese es el último reto que se ha marcado Marcos Sahelices, albañil y vecino de Villaverde de Sandoval que sigue innovando para recuperar con mimo, dedicación y mucho trabajo aquellas construcciones tan nuestras y que por desgracia van desapareciendo.

El futuro lagar junto a la construcción que hizo de adobe. PLP

Fue el pasado verano cuando, en una parcela que tiene en su pueblo, Sahelices se ponía manos a la obra con su primer proyecto siguiendo esta filosofía, construyendo una edificación en adobe con más de 2.000 bloques de barro y paja creados al estilo tradicional. Este verano de 2025 vuelve a la carga con un nuevo objetivo: levantar, a pocos metros, un lagar con dos singularidades que lo harán «muy llamativo».

La primera de ellas es su cubierta, que será de teito. Para ello ya ha dado el primer paso que es plantar centeno «de primera». Una vez segado, le servirá de material para colocar como techumbre de la edificación cuyo armazón, hecho con madera recuperada, ya está listo. La segunda característica que lo hará único será el revestimiento de las paredes, con madera vista al estilo nórdico que no se suele ver en León.

Un lagar donde hacer sidra o encurtir aceitunas

El lagar, que será un almacén-bodega donde Marcos se visualiza en unos años haciendo sidra, aceitunas encurtidas y pasando los días, unirá así la tradición de la construcción leonesa con la innovación, convirtiéndose en un espacio muy singular y llamativo «por raro, porque es algo que no se suele ver».

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La intención del albañil es que de cara al otoño el lagar esté listo a falta de avanzar estos meses estivales con la cubierta y las paredes forradas, porque el armazón, la estructura base de la nueva edificación, está ya en pie.

Se trata de la última aventura de todo un maestro de los oficios de siempre que dedica sus vacaciones a trabajar la imaginación para que, con sus manos como herramienta, la tradición de León siga en pie.

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