Suárez-Quiñones niega una desregulación medioambiental y apunta a la sustitución de «algunas licencias municipales» para mejorar la agilidad
Sobre las 'macrogranjas', indica que están sometidas a autorización ambiental, «gran avance en la protección»
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, negó que exista desregulación medioambiental en su departamento, tal y como apuntó el PSOE, y destacó que la Junta ha acometido la sustitución de «algunas licencias municipales» para mejorar la agilidad de la puesta en marcha de proyectos, principalmente en el medio rural, mediante una comunicación ambiental que, añadió, «se justifica en informes técnicos y documentación idéntica a la anterior». «Abogamos por una máxima protección al medio ambiente, salud y actividad agrícola. Y perdone por que confiemos en la actividad económica y de empleo de Castilla y León», apostilló.
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En este sentido, acusó a la procuradora socialista María Rodríguez de «falta de conocimiento de lo que significa esta reforma». «Usted no conoce cómo funciona la normativa, sino que se basa en el posicionamiento político e ideológico», argumentó.
Sobre las 'macrogranjas', están sometidas a autorización ambiental, «gran avance en la protección». En todo caso, aseguró que la Junta «confía en sus ciudadanos». «Cuando elaboran la comunicación ambiental, la hacen con honestidad, no les demonice», incidió Suárez-Quiñones.
Al respecto, Rodríguez acusó a la Junta de «poner en riesgo la protección ambiental y urbanística», junto a Andalucía, Galicia y Madrid, «autonomías donde se niega el cambio climático». «Somos ejemplo de desregulación ambiental. La gestión como gobierno dista mucha de defender la salud humana, la sanidad animal y la protección del medio ambiente para generaciones venideras», sentenció. También citó las declaraciones de la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien tachó de «chapuza» que «se pretendan macrogranjas en la Comunidad sin control», si bien el consejero consideró que fueron unas declaraciones «generalistas». «No hagan esto», le reprendió a la procuradora socialista, porque «la hacen daño a ella misma», concluyó.
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