UGT denuncia que siete trabajadores perdieron la vida en enero y advierte que «de seguir a este ritmo podríamos acabar el año con una cifra terrorífica»

La secretaria de Salud Laboral y Política Social de UGTCyL, Azucena Pérez, denuncia que «siete personas trabajadoras no volverán a casa» tras perder la vida en enero -tres por lesiones no traumáticas, dos tráficos en jornada de trabajo, uno por un golpe como consecuencia de una caída y otro in itinere- y advirte que «de seguir a este ritmo podríamos acabar el año con una cifra terrorífica, sin olvidar que un solo fallecido ya es terrible, porque estamos hablando de personas».

Azucena Pérez puso de relieve que «la seguridad y salud laboral de las personas trabajadoras se ha olvidado, más allá del ámbito de protección de la covid-19 en las empresas» y denunció «la paralización de todas las políticas públicas en prevención de riesgos laborales con unas consecuencias nefastas en términos de mortalidad laboral en nuestra comunidad». En este sentido, recordó que 2020 concluyó con 75 personas trabajadoras fallecidas en Castilla y León.

La máxima responsable de Salud Laboral de UGT en Castilla y León destacó que «detrás de buena parte de estos accidentes de trabajo se esconde la precariedad laboral y la inestabilidad en el empleo, por lo tanto hay que apostar, de una vez por todas, por empleos indefinidos, cualificados y bien remunerados, en definitiva, empleos decentes y de calidad».

Azucena Pérez consideró necesario «un refuerzo inmediato del cuerpo de Inspectores de Trabajo», ante el escaso control por parte de la Inspección de Trabajo debido al aumento de su carga de trabajo por los ERTE, «para poder seguir con las medidas de vigilancia y control, ya que está comprobado que sin ellas la prevención de riesgos laborales es mas formal que real».

La secretaria de Salud Laboral y Política Social de UGTCyL concluyó que «casi el 50 por ciento de accidentes de trabajo se dan en empresas de menos de 25 personas trabajadoras, muchas de ellas sin representación sindical», por lo que «la presencia sindical en los centros de trabajo sigue siendo la mejor garantía para el ejercicio de los derechos y para la protección de la salud de la clase obrera».