Benavides custodia el origen de la Semana Santa de la provincia de la mano de su Vera Cruz

Los orígenes de la Semana Santa de la provincia de León se encuentran en Benavides de Órbigo.

Así lo acreditan documentos encontrados en Santiago de Compostela y que sitúan la fundación de la Cofradía del Bendito Cristo de la Santa Vera Cruz en el años 1460, lo que demuestra el gran arraigo de la pasión en este municipio leonés. Su abad presidente, José María Guerra, explica que han sido la cofradía «con documentos más antiguos de la provincia de León», aunque reconoce que es posible que las hubiera aún más antiguas, «pero no han encontrado ningún documento que acredite mayor antigüedad que nosotros».

Esta es una de las dos penitenciales que cada año llenan de actividad las calles de la localidad para disfrutar de una Semana Santa muy popular. «Somos 700 cofrades, contando las cuotas que se nos pagan de forma anual; pero hay que tener en cuenta que el Ayuntamiento tiene 3.000 habitantes censados y la localidad no llega a 2.000, por lo que tener todos esos cofrades es algo muy relevante».

La Vera Cruz se ha visto obligada a cambiar de sede hasta en tres ocasiones con el paso del tiempo, tal y como apunta su abad presidente, hasta acabar en esta ermita tan singular. La primera fue derribada cuando hicieron la carretera general; se hizo una segunda que quedó deteriorada con el paso del tiempo; y esta nueva, de los años 60, cuenta con la influencia de Le Corbusier y la arquitectura de centroeuropa, que revolucionaron la arquitectura, e hicieron de esta ermita con concepto distinto en volumen y luz.

Allí se guarda parte de su patrimonio como el Nazareno y la Dolorosa o su titular, que participan en los seis actos procesionales de la cofradía. «Nuestra talla más importante es el Bendito Cristo, que da nombre y sentido a la cofradía; es una talla muy venerada por la cofradía y la gente de Benavides, y de muchos otros sitios, vienen a verla y a rezar».

Jueves Santo y Viernes Santo tienen lugar sus principales actos, además del Día del Cristo, en septiembre. Todo ello otorga un enorme atractivo a la Semana Santa de Benavides, donde acuden hijos del pueblo emigrados a Madrid, Barcelona y otros lugares. «Es una alegría la cantidad de gente que hay y participa en la organización; y el resto de personal hace que sea espectacular, con el trabajo de los cofrades que es de diez».

Desde hace 25 años, este municipio del Órbigo también incorpora a otra hermandad a su pasión. La Cofradía del Cristo Yacente de la Santa Urna completa el programa con su patrimonio y la entrega de sus hermanos.

Precisamente, la Santa Urna es uno de los elementos más interesantes que tiene Benavides en el plano de su Semana Santa, como reconoce José Castro. «Sobre 1960, Víctor de los Ríos vino a ver el cristo para saber un poco más sobre él a la hora de restaurarlo. Antaño era articulado y ahora es fijo, y pudo ver que la talla venía de mucho tiempo atrás». El Cristo Atado a la Columna es más reciente, de un escultor del Barco de Valdeorras, y procesiona el jueves santo por la noche.

A estas dos tallas, la penitencial del Órbigo suma su seña de identidad. Los faroles, nacidos tras incorporar a la mujer a la cofradía, iluminan uno de los actos más emocionantes del Cristo Yacente. Representan las 14 estaciones del viacrucis y están hechos en vidriera, con forma de hexágono, y procesionan el Jueves Santo por la noche, en la Procesión de Caminando a Gegsemaní.

El Domingo de Ramos un viacrucis en la iglesia sirve para la admisión de hermanos y bendición de túnicas. El viernes por la tarde es la Procesión del Santo Entierro, con el miserere en latín; y por la noche la Procesión del Dainos.

«Es una Semana Santa muy particular porque no es el estilo de León o Ponferrada o Astorga y es algo más recogido, de pueblo, más sencilla, pero con el mismo entusiasmo y fervor que puede tener en un sitio grande», reconocen los cofrades del Cristo Yacente de la Santa Urna.

Con todos estos ingredientes se celebra la Semana Santa de Benavides de Órbigo, una localidad que vive con especial intensidad esos días de pasión, donde los hijos del pueblo regresan a sus orígenes y de donde emana el origen de las cofradías de la provincia de León de la mano de la decana Vera Cruz.