Radmila lleva 28 años viviendo en León y es natural de la ciudad ucraniana de Jersón, una de las que más está padeciendo los ataques del ejército ruso. I. SANTOS
Ucranianos en León

«Nuestros padres nos inculcaron ser hermanos de cualquier persona; nunca pensamos que viviríamos una guerra como ellos»

Radmila nació en la ciudad ucraniana de Jersón, donde vive toda su familia, y lleva 28 años viviendo en León | Los ataques del ejército ruso se intensifican en su ciudad y vive pendiente del móvil para comunicarse con sus hermanas y sobrinos | «Mi cabeza y mi corazón están cada momento en Ucrania»

Miércoles, 2 de marzo 2022, 16:33

Apenas se le nota el acento y no es para menos. 28 años lleva Radmila viviendo en León. Su salida del país, que realizó sola hasta que en el año 2000 se le unió su hija, la llevaron a separarse de toda su familia: sus cuatro hermanos, padres y sobrinos se quedaban en Jersón, ciudad al sur de Ucrania y limítrofe con la península de Crimea.

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Lo cierto es que, aunque a 3.877 kilómetros de distancia, Radmila Kysla Halyna siente que su corazón y su cabeza están en Ucrania. La menor de cinco hermanos, a diario se comunica con su hermana. Con el corazón en un puño desde la madrugada del 24 de febrero, las alarmas saltaban cuando no conseguía la pasada noche contactar con ella, coincidiendo con un recrudecimiento de la contienda en una zona tan estratégica como en la que vive.

«Dice que las ventanas retumban, que están atacando por todos lados. Ayer apagó el móvil porque se llena de mentiras, bulos y propaganda falsa y dice que es muy doloroso y agobiante», nos cuenta visiblemente emocionada.

Recuerdos de la Segunda Guerra Mundial

Esta guerra también ha propiciado que Radmila recuerde, constantemente, las palabras de su padre. Combatiente en la Segunda Guerra Mundial y conocedor de los males de todo conflicto armado, su padre siempre les inculcó el respeto a lo diferente como valor básico.

«Nuestra generación ha vivida una época de paz, nadie pensaba que podría ocurrir algo como lo que vivieron nuestros padres», recuerda Radmila, que tiene muy presente los valores que desde pequeña le inculcaron: «después de todo lo que vivieron tan duro, siempre nos inculcaron que debíamos ser hermanos de cualquier persona, de cualquier nación y de cualquier color».

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«Fracaso» de la comunidad internacional

Radmila, que califica esta guerra de «fracaso» en toda la gestión que se ha hecho del conflicto desde 2014, asegura que nunca esperó que pudiera desembocar en lo que ha derivado.

«Todos pensábamos que era una táctica psicológica para asustar, crear caos y dar miedo, no esperábamos un ataque inminente y por eso mucah gente no ha podido irse». Y recuerda: «El gobierno ruso siempre ha estado detrás del ucraniano, es la mano que mece la cuna».

Pegada al móvil, nos muestra imágenes del conflicto en su ciudad. Imágenes que recibe llorando y que califica de «penoso, doloroso y cruel». «Lo que hace Rusica con Ucrania es cruel. Nos está pisoteando, humillando, nos está quitando la dignidad y la libertad que hemos conseguido hace siglos».

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Dejar atrás el odio

Esta ucraniana con alma leonesa agradece todas las muestas de apoyo y solidaridad del pueblo leonés, que se ha volcado en las llamadas de ayuda que han realizado para enviar comida, ropa y medicamentos, y se despide con un mensaje de esperanza:

«Vamos a superar esto y nos costará porque han hecho mucho daño, pero vamos a dejar atrás el odio y volver a ser hermanos».

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