¿Cuántos fantasmas vagan por la Catedral de León?

Leyendas, historias, cuentos que han ido recorriendo el boca a boca hasta convertirse en realidad. Documentos que afirman teorías con seres del más allá y almas atormentadas que no han logrado cruzar al otro lado.

León no escapa a los fantasmas. Los espectros revolotean diferentes edificios de la capital, algunos tan importantes como la catedral, donde ánimas ilustres recorren sus galerías en busca de algún visitante al que asustar o dar vida a su leyenda.

Si un lugar de la ciudad agolpa más historias de fantasmas esa es la Catedral de León. Su historia milenaria, como antiguas termas romanas reconvertidas en una primitiva iglesia, antes de erigir su imponente figura actual, han marcado la historia de un lugar donde la literatura ha dado cabida a mucha fantasía... o realidad.

El sacerdote y periodista onubense, Carlos Ros, dejó documentada -en su libro Fantasmas en las Catedrales de España- la presencia de cuatro almas vagando por el primer templo legionense. Cuatro personajes fundamentales de la historia de la antigua capital del reino.

Las historias afirman que uno de los hombres enterrados entre los muros de la Pulchra Leonina, el más famoso de sus reyes, Ordoño II, quien preside la girola del templo, sale por las noches de su sarcófago y disfruta de la soledad en el interior de la seo leonesa.

Otros dos moradores del templo tienen una estrecha relación entre sí. La leyenda cuenta que el cuerpo del obispo San Alvito, que trajo los restos de San Isidoro desde Sevilla, es otro de los habitantes silenciosos de este lugar. Junto a él lo hace también el propio San Isidoro, que parece cambiar la basílica por la catedral cuando la luz del sol cae.

Y no podía faltar el personaje que impulsó el templo hace siglos. El obispo Manrique de Lata también ha recibido las pruebas testificales de su presencia entre los muros y las vidrieras de este edificio religioso.

A ello se suman dos espectros más, de no tan agradable presencia. Tal y como se afirma en el libro León Insólito -de Jarvier Tomé, Pepe Muñiz y Ana Villanueva- las leyendas embeben de la fantasía y la realidad para afirmar que el espectro de un guerrero decapitado. Este habita en el subsuelo de la que fuera la antigua iglesia medieval. Los rumores dicen que su carácter no es el más indicado para cruzarte con él por las naves.

También una mujer, la conocida como dama de blanco, aprovecha las noches de luna llena para subirse a lo más alto de la más alta torre de la Catedral de León y lamentar la ausencia de su amado, el cual nunca fue a buscarla, y allí le espera con amargura.

Pero no solo de la Catedral de León viven las historias más fantasmagóricas. Otros espacios de la ciudad, como palios o inmuebles con historia entre sus muros, suman a la imaginación colectiva figuras que se han aparecido, movimientos extraños de objetos o hechos sin explicación.

El espacio que ocupa hoy en día el Museo Liceo Egipcio de León tiene una de esas historias que no dejarán tranquilo a nadie que lo visite.

Un ser habita entre sus muros y acude a dormir allí cada noche, aunque pocos han sido los que le han visto.

Y es que la historia de este lugar cuenta que un hombre desconocido era capaz de aparecer con la caída del sol para reposar en el antiguo Palacio de Gaviria. Hoy si figura sigue repitiendo la misma rutina sin que nadie haya conseguido descifrar su identidad.

Saltó al primer plano nacional cuando Cuarto Milenio, con Iker Jiménez a la cabeza, acudió a este lugar a la búsqueda de psicofonías y extraños sucesos que venían ocurriendo en este espacio.

Todo hace indicar que el malvado Rodrigo de Vergara, uno de los peores inquisidores que existieron en estas tierras, sigue aún atormentando a visitantes y curiosos en este espacio convertido hoy en Centro de Interpretación del León Medieval.

La que fuera antigua cárcel de León, y castillo de la antigua ciudad medieval, es hoy un Archivo Histórico Provincial donde el silencio queda roto por el penar de uno de sus moradores.

Uno de los condes que habitó el castillo sigue sintiéndose en las noches, en la torre de la muralla, donde su lamento ha sido oído no por pocas personas.

Extraños sucesos se vienen produciendo en el interior del inmueble de la Casa Zuloaga, donde el autor dejo su presencia en forma de un espectacular portal que guarda su sello.

Hasta ahí, la parte más bonita. Algunos de los residentes de este inmueble, en la calle Sierra Pambley, han manifestado sus encuentros con la presencia de Fernando Merino, un ilustre que se acabó suicidándose y que hoy todavía perturba el sueño en este edificio.

En plena calle Ancha, los rumores y los temores también han ido creando fundamento con la sucesión de hechos paranormales.

Y es que en el Palacio de Villasinda, su exhabitante, Pamela Leonor, mora con su fantasma pagando la culpa por toda una serie de asesinatos que marcaron su vida, o al menos eso dice la leyenda.

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