Comodidad y subida de precios: las causas de la disminución del consumo de pescado en León
En el verano las dietas generan el aumento del consumo, algo que en los meses de otoño e invierno se reduce notablemente
El pescado cada vez es menos habitual en la mesa de los leoneses. Un básico en una dieta equilibrada que ha ido bajando su consumo y su hueco en la cesta de la compra.
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Precios más altos, más tiempo de preparación y la adaptación a los platos preparados son algunas de las causas más habituales en las que los leones justifican la reducción de consumo del mismo.
Emilio Mata, de 56 años, lleva desde que era un niño trabajando en el sector. Desde su comienzo en el mundo laboral desde los 18 años ha ido observando «modas» de consumo que cambian en sus clientes. La Pescadería La Ría forma parte de su vida y también de su sabiduría frente a este alimento.
Causas y consecuencias
«Con el paso del tiempo se nota que se reduce la venta», asegura. Algo que no asocia directamente a los precios ya que, la mayoría del público que acude a comprar a las pescaderías son «gente de un poder adquisitivo medio alto», explica.
Para el leonés, la causa principal de la disminución en venta es el tiempo que conlleva preparar un plato así. «Nos hemos vuelto muy cómodos y hay mucha gente que tira de platos preparados», asegura.
La «poca paciencia» con la que, actualmente, vive la mayoría de la población genera que los platos precocinados, incluyendo los pescados, triunfen sobre el resto. «Cada vez se cocina menos y se pierden tradiciones de gente más mayor», asegura. La disminución de los kilos de pescado por persona es toda una realidad. «Tenemos suerte de que la gente sigue comiendo sano y apostando por lo saludable». Los precios, a pesar de que para muchos son la principal causa de este cambio en el consumo, Mata asegura que «quien quiere comer pescado lo come porque si no puede comprar uno de 10 euros, lo compra de 5».
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Pescados que se quedan en el olvido
El salmón es uno de los grandes favoritos pero, debido al aumento de sus precios, su consumo ha caído en picado. Pescados como la bacaladilla, el bertorella o las lenguadinas son los grandes favoritos debido a su precio y calidad. «Son pescados muy buenos que pueden estar en cualquier lista de la compra», indica.
En cambio, la gallineta o los tomases, que eran pescados del día a día de hace 20 años, han pasado a un segundo plano casi en el olvido.
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