La Calle Ancha, 20 años de Un corazón sin coches

Los comerciantes que llevan más de dos décadas con su negocio instalado en la Ancha recuerdan cómo era esta calle de ser cerrada al tráfico. «Lo que más recuerdo es el ruido de los coches, con mucho tráfico y gente buscando aparcar. Es totalmente distinto», señala Nacho, dueño de Zapatos Muñoz.

Por su parte, Marta Fernández de Vega, propietaria de la Farmacia Lda. Fernández de Vega, recuerda que «cuando era pequeña, había dos sentidos de circulación y unas aceras estrechitas por donde pasaba mucha gente».

Consideran que es un paso a mejor, un cambio positivo y sus comercios se han visto beneficiados. Tranquilidad, gente que pasea con calma y puede ver con mayor detenimiento cada escaparate, son algunas de esas ventajas.

«La gente viene de visita, tienen más calma, van más sosegados. Mucha gente de los barrios viene aquí de paseo, se anda mejor y más, ya no se coge tanto el coche», comenta Nacho, que cree que la ciudad ha cambiado «a mucho mejor».

Pero no todo son buenas palabras. La peatonalización ha sido positiva, sí, pero no están del todo conforme con su ejecución ya que el tráfico rodado no ha sido restringido totalmente.

«La calle Ancha de ahora me gusta más, es más cómoda, pero todavía pasan muchos coches para ser peatonal, especialmente por las mañanas», rebate Marta.

Buenas impresiones y un cambio a mejor. Recuerdan aquella calle Ancha con tanto tráfico, con dificultades para caminar y con multitud de coches buscando aparcamiento. Pero aquello queda en su memoria y ven, de frente, una de las arterías principales de la ciudad, se ha modernizado.