La Cultural tarda una hora en encontrar una buena versión

Durante una hora, la Cultural y Deportiva Leonesa no sabía hacia dónde caminar. No sabía que ruta coger, cómo jugar ante el Burgos, cómo hacer daño al rival. Es más, fue sometido durante varios minutos hasta que, al fin, se topó con aquello que buscaba. Lo tenía Héctor Hernández, en el banquillo, y su entrada fue determinante para que la Cultural no solo empatara el choque, sino que tuviera opciones de ganar.

David Cabello fue fiel a su idea desde el comienzo y la Cultural salió con la propuesta clara de sacar el balón jugado desde atrás ante un Burgos que quería contrarrestarlo con una presión alta, pero no muy intensa, en campo rival.

Los primeros minutos fueron de claro dominio leonés. El balón viajaba entre los pies de los jugadores que vestían de rojo – a causa de un problema con la segunda equipación de los burgaleses – pero no a la velocidad suficiente como para descolocar a la defensa blanquinegra. El mal endémico de los últimos partidos se volvía a repetir: el peso del partido era de la Cultural, pero las ocasiones no llegaban.

Cierto es que había más profundidad en el juego leonés, algo a lo que Toni Abad, con su presencia en ataque, aportaba mucho, pero faltaba el remate final. No llegaba el gol, la ocasión clara ni la jugada que inquietara a una defensa del Burgos que no estaba teniendo demasiados problemas.

Poco a poco, el cuadro visitante fue creciendo. La presión burgalesa iba teniendo cierto efecto, dificultando esa salida de balón de la Cultural sin realizar un gran esfuerzo físico. Los de Cabello superaban la primera línea defensiva pero, una vez en el medio del campo, el balón volvía atrás, hasta llegar a los pies de Zubiaurre.

El cortocircuito empezaba a ser visible para todos. También para el Burgos que, como un depredador, estaba esperando esa circunstancia para robar la batuta del choque a los de Cabello. A través de un Saúl Berjón omnipresente y muy activo, los de Calero empezaron a ser bastante mejores que la Cultural.

Juanma tuvo la primera gran ocasión tras un preciso centro de Berjón que Zubiaurre, con una gran parada, envió a córner. Fue el primer aviso de un Burgos que vivió minutos de lucidez ante una Cultural desesperada y desesperante que arrancó los primeros pitos de la temporada. Los blanquinegros estaban siendo netamente superiores y lo mejor era el resultado.

Claudio Medina, leonés que debutaba en el Reino, Juanma y Raúl Navarro tuvieron más ocasiones para un Burgos que, liderados por Berjón, perdonaron a una Cultural que, desde que se cumpliera la media hora de juego, ya estaba rogando la llegada del descanso.

El paso por vestuarios no hizo cambiar el panorama. A la vuelta del descanso, el Burgos seguía siendo mejor, seguía asomándose al área de Zubiaurre y seguía teniendo a Saúl Berjón como jefe de operaciones. Fue el asturiano, de nuevo, protagonista, con un centro a la frontal del área que llegó a Undabarrena que, sorprendiendo desde atrás, remató para poner por delante a los burgaleses.

No reaccionó la Cultural. El partido seguía en las manos de los burgaleses y la sensación era que estaba más cerca el segundo que el empate leonés. Las llegadas de los blanquinegros seguían siendo peligrosas ante un conjunto culturalista que buscaba rápidamente en su mente soluciones para cambiar el panorama del choque.

Diez minutos después de recibir el gol, las constantes vitales de la Cultural empezaban a dar señales de vida. Los latidos eran cada vez más seguidos y Dioni tuvo la primera ocasión, con un remate escorado que Barovero, cerrando las piernas, detuvo.

El cambio definitivo llegó con la entrada de Héctor Hernández en el campo. El canario, en su primera jugada, recibió de espaldas y asistió de tacón a Pipo, que fue derribado en el área. El propio Héctor tomó el balón y, desde los once metros, dio vida a la Cultural.

Este gol le cambió totalmente la cara a los de Cabello. Los leoneses hicieron más y mejores cosas a partir de este instante. Animados por el gol del empate y sabiendo que la necesidad era más imperiosa en el cuadro local, los culturalistas dieron un pequeño paso adelante.

No fueron ocasiones muy claras, pero sí constantes acercamientos. La Cultural seguía padeciendo ese mal del remate final, pero sí que las sensaciones eran otras. Pipo encontraba línea de fondo, Dioni estaba más liberado y el conjunto leonés parecía otro.

El gol de la victoria no llegó, pero sí la sensación de que si esta cara hubiera aparecido antes, el resultado podía haber sido distinto. La Cultural sacó un punto y muchas conclusiones de su duelo ante el Burgos antes de visitar ante el que era, hasta este sábado, líder, la UP Langreo.