El Abanca Ademar logra una victoria inesperada, revitalizadora y que, en definitiva, significa un impulso anímico sin precedentes en esta temporada para los maristas. En una cancha complicada, con los desajustes defensivos habituales , el equipo se levantó, ganó empaque y, pese a fallar en momentos puntuales, se lleva un triunfo incontestable que sabe a gloria para un Manolo Cadenas con una sonrisa de oreja a oreja en Logroño.
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C. Logroño
Jorge Pérez, Dorado (2), Rivero (4), Korchi, Rubiño (1), Lamine, Serradilla, Javier Rodríguez, Moreira (7), Leandro, Eduardo Ortiz, Cadarso (2), David Cadarso (2), Kisselev (2) y Javier Romeo.
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Abanca Ademar
Casqueiro (1), Jozinovic (2), Víctor Fernández, Panagiotis, Kim (1), Jaime Fernández (4), Virbauskas (3), Gonzalo (7), Bokos (2), Lodos, Antonio Martínez (1), Liapis (1), Bomastar, Santista (4) y Soljic.
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Parciales. 3-4, 8-5, 9-5, 13-7, 16-11, 18-13; descanso; 20-17, 23-21, 27-24, 30-26, 30-28 y 32-33.
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Árbitros. Álvares Mata y Bustamante López.
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Incidencias. Jornada 19 Liga Sacyr Asobal. Palacio de los Deportes de la Rioja
Los aficionados desplazados a la capital de La Rioja se frotaban los ojos ante lo que presenciaban a apenas cinco minutos del final. De un guion repetido esta temporada, con el Abanca Ademar a siete goles de distancia con poco tiempo disputado, el equipo fue, paso a paso, recortando distancias.
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Gonzalo Pérez Arce rompe la barrera
De un quimera a una posibilidad y, más adelante, a una realidad. El Abanca Ademar remontó un resultado adverso en un escenario complicado y suma una victoria que suma dos puntos en términos clasificatorios pero kilos, toneladas de confianza para un equipo tocado pero no hundido.
La regularidad de Bomastar empieza a sumar puntos para los maristas. El portero serbio se erigió como el héroe de la segunda mitad con paradas de todo tipo, también acompañado por buenas intevenciones de Papantonopoulos.
Los maristas lograron ponerse por delante con apenas tres minutos para el final del partido. Fue Gonzalo Pérez Arce, desde los siete metros, el autor del gol que adelantaba, por fin, a los ademaristas tras desperdicia dos oportunidades clarísimas.
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Victoria balsámica
La primera, de Liapis a portería vacía y la segunda, de Milosavljevic. El equipo, sin embargo, vivió unos minutos de absoluto infarto. Un lanzamiento de siete metros en los últimos minutos hacía presagiar lo peor.
Pero no, este sábado noche de carnaval era el día de Bomastar y también del Abanca Ademar. El balcánico paró el penalti, mantuvo el empate y otorgó, a falta de pocos segundos, una oportunidad de oro para los maristas.
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La pizarra de Manolo Cadenas se puso a funcionar y, desde la derecha, apareció Milosavljevic tras recibir un pase de Jaime para desquitarse de su fallo anterior y marcar un gol definitivo que permite al Abanca Ademar resarcirse en la cancha en la que perdieron el tren a Europa.
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