Así se elige una buena sandía

La sandía, una fruta fresca, versátil y que ayuda a hidratarse en los meses más cálidos del año. Está compuesta en un 95% de agua, lo que la hace ideal para muchas dietas, además de ser fácil de incluir en diferentes recetas dulces y saladas, así como zumos y batidos, perfectos para la temporada.

El origen de esta fruta se sitúa en África donde, desde la antigüedad, era cultivada a las orillas del río Nilo. Posteriormente la sandía fue traída a Europa y, desde aquí, llevada a América, donde se extendió por el continente. Precisamente es España uno de los lugares donde está más extendido su cultivo y consumo, así como otros países bañados por el mar Mediterráneo como son Turquía, Grecia o Italia.

El problema surge a la hora de saber si una pieza está en las mejores condiciones antes de comprarla, ya que a simple vista «parecen todas iguales» explica una frutera de León, pero esto «cambia al abrirlas» y probar su sabor.

Entre los consejos más repetidos está «escuchar el ruido» que hace al golpearla. La frutera recomienda realizar «pequeños golpes con los nudillos» sobre la cáscara y escuchar si se trata de «un golpe seco», ya que eso indica que «está muy rica», ya que «cuanto más hueca suene, más buena está». Sobre el peso y tamaño la cosa varía, y los expertos coinciden en que eso no influye «para nada» en su sabor.

Aunque el color no «suele influir», ya que puede indicar diferentes variedades de la fruta, la vendedora explica que, bajo su experiencia y gusto, «las sandías más oscuras saben mejor». También recomienda observar la cáscara, ya que debe ser «lo más firme y lisa posible».

La consistencia es otro de los factores a tener en cuenta, ya que «si aprietas un poco« y ves »que se te hunde el dedo« entonces significaría que la fruta »está pasada», advierte. Lo que debe ocurrir es, que al presionarla suavemente con los dedos, esta ceda a la presión y «regrese a su estado original», no que quede «hundida».

Aunque la variedad más conocida y consumida en España es la crimson sweet, con su aspecto verde oscuro jaspeado, existen otras muchas a lo largo del mundo. Una de las que se está empezando a ver en nuestro país es la sandía melón o sandía amarilla, una fruta con pulpa color amarillo intenso y que surgió debido a la polinización natural de calabaza con la sandía común.

Otras variedades de esta fruta son la sandía reina india y la reina negra, la primera es una de las más caras, con una piel oscura sin vetas, mientras que la sandía reina negra no tiene semillas y es de las más grandes que existen en el mercado, pudiendo alcanzar hasta los 10 kilos.

Una fruta que gusta a casi todo el mundo y que los fruteros de León recomiendan comprar «preferiblemente de temporada» y «producto local». Un sabor intenso y fresco para disfrutar de los meses de verano de una forma nutritiva y saludable.

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