El legado del eterno Lolo descansa en los muros de su provincia

Lo que convierte a un artista en eterno es la permanencia de su obra. Y lo que combierte a Lolo en enterno es haber hecho de su arte un acto compartido que reposará para siempre en los muros de la provincia que siempre defendió y a la que regaló, pueblo a pueblo, su trabajo.

Lolo, además de ser un asiduo en charlas, talleres y coloquios en los colegios de León -¿quién no tiene algún recuerdo de la vez que aquel señor vestido de negro y con gafas de sol fue a su colegio a pintar?- también fue un gran viajero en su provincia.

Testigo de ello son los casi 300 murales que decoran las paredes de pueblos desde Babia hasta el Páramo, desde las tierras de Sahagún hasta El Bierzo, y que Lolo realizó con los vecinos de las localidades desde 2015.

Gran colaborador del Instituto Leonés de Cultura, su trabajo por la provincia comenzó sobre 2005. Según los datos del departamento de Artes y Exposiciones del ILC, Lolo al menos impartió, solo o en colaboración con Antonio Juárez o María Luisa de Castro, 370 talleres de cómic, ilustración o muralismo.

En sus murales Lolo siempre plasmaba a sus personajes acompañados por símbolos propios del pueblo: sus palabras, sus lugares, sus colores y su historia.

El artista, que fallecía el pasado 24 de octubre a los 63 años, deja un legado eterno en su provincia, a la que siempre quiso y que por siempre guardará en sus muros su firma.

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