Cuando la ciencia y la innovación de León se atascan en un camino de barro y piedras
Un camino de barro, piedras y chacos se cruza entre la i+d+i de una empresa leonesa y la cruda realidad | La falta de encaje entre administraciones deja a la leonesa Agrovet, pionera en innovación agrícola y ganadera, incomunicada cada invierno
La ciencia y la innovación tienen las suelas manchadas. En este caso, de barro y lluvia. Es el efecto del desorden que en ocasiones acompaña a quienes, con la mejor intención, apuestan por el desarrollo local, por llevar la i+d+i a la denominada 'España vaciada'.
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Un camino de barro, piedras y charcos se cruza desde hace años en medio de la trayectoria hacia la investigación, el desarrollo y la innovación por parte de la empresa leonesa Agrovet.
La falta de encaje entre administraciones deja su proyecto, pionero en innovación agrícola y ganadera, incomunicado cada invierno.
Una isla en el medio del campo
Sus casi treinta trabajadores, pero también sus proyectos de desarrollo, que precisan agilidad y no complicaciones, encallan año tras año en una cuestión de logística difícil de comprender.
Ubicada en el término municipal de Mansilla Mayor, rodeada de campo como corresponde a su propia esencia, en realidad es como que estuviera perdida en una isla desierta.
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El aislamiento lo genera un camino 'de cabras' que separa los 800 metros que separan la rotonda de la Nacional 601, en el kilómetro 312, con sus instalaciones. Cuando Agrovet se instaló en aquel lugar en una apuesta por la zona todos los responsables de las diferentes administraciones le advirtieron que ese problema era un asunto menor. Lo importante era la inversión y la apuesta por la zona.
Carretera a ninguna parte
Hubo inversión, en forma de millones de euros, y apuesta hasta hacer de Agrovet una planta clave en el control de aguas de consumo humano en la provincia, la investigación agrícola, el control de enfermedades de animales, en su pertenencia a las agrupaciones de defensa sanitaria –ADS-, el desarrollo de cursos de formación o la realización, con la pandemia, de análisis de pruebas PCR para cribados por coronavirus covid-19.
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Pero la carretera, la que debía acercarles al futuro, jamás llegó. Eso hace que los camiones de transporte se nieguen a entregar la mercancía pesada, o que los vehículos pequeños de clientes se queden precisamente ahí, en el camino, por el temor a quedarse en un socavón.
Los zapatos y el barro
Y todo por un problema de competencias. «Hemos caído en una especie de limbo competencial. Para una administración es una carretera provincial y de competencia local y para otra es un camino rural y por lo tanto de competencia estatal. La única verdad es que aquí solo hemos cumplido nosotros», asegura Pablo Flórez, director de Agrovet.
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El Ayuntamiento de Mansilla Mayor, por su parte, admite que la situación «no es la ideal» pero remarca su imposibilidad presupuestaria para solventar el problema. «Lo intentamos mantener lo mejor que podemos, pero no hay dinero para una actuación de ese tipo», remarcan fuentes municipales. El Consistorio cree que solo una aportación extraordinaria permitiría finalizar con un problema que se complica cuando las condiciones climatológicas son adversas.
La otra realidad, la más dura, es que en León la investigación, el desarrollo y la innovación caminan con los zapatos sucios, llenos de barro.
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