Un belén de 24 metros

Nada de grandes templos ni edificios ostentosos. El Nacimiento con el que la parroquia de San Francisco de Asís celebra este año la Navidad se ciñe a la recreación de un pueblo, en concreto al de Belén, con su vida diaria en la fecha en la que nació Jesús, para regresar así a los orígenes de la narración que desde hace ocho años expone esta Iglesia. Cuando los 19 componentes del grupo Amigos del Belén se reunieron en septiembre para elegir la temática, apostaron por regresar a la sencillez, alejados de los nacimientos temáticos de los últimos años y centrados en el acontecimiento, en que «Jesús nace en Belén». «Queríamos representar un pueblo, el del nacimiento de Dios, nada de monumentos grandes, salvo el castillo de Herodes que está directamente relacionado, y con todo el protagonismo en el portal, que está ubicado en la parte principal», señala el padre Bernardino, franciscano.

Unos cincuenta edificios elaborados con poliespán, entre los que se encuentran viviendas, el mencionado templo de Herodes, la iglesia, el portal y hasta un puente levadizo toman así protagonismo en un Belén de 24 metros cuadrados, bajo el crucificado que preside la iglesia franciscana. Numerosas figuras, sin contabilizar, se reparten en la vida diaria de este pueblo, donde no faltan varios grupos de pastores con sus rebaños. Uno de ellos, como novedad, se calienta en torno a una hoguera de la que sale humo artificial. La otra atracción de esta edición se encuentra en la cascada con agua natural, que mana hacia un molino y atraviesa en forma de río todo el Nacimiento. «Se idea entre los 19. Siempre en septiembre, para después empezar a elaborarlo completamente dos días a la semana y posteriormente todos los días, hasta que se empieza a montar en noviembre» añade el padre Bernardino.

Cada año se van incorporando nuevas figuras, aunque la intención es llegar a elaborarlas por los Amigos del Belén. Para mantenerlo, hacen una rifa con 2.500 papeletas para sortear una cesta de Navidad y botellas de vino. Lo recaudado se destina a financiar el Belén, a la parroquia y reservan además mil euros para destinarlo a Cáritas, que cada semana entrega alimentos en las dependencias parroquiales.

Musgo y flores silvestres

Oficios, huertos, rocas y montes se levantan con musgo «recogido en los caminos, para que sea ecológico», plantas y flores silvestres, arena y una «obra de ingeniería de los electricistas», que alumbran gran número de los edificios. Como curiosidad, un guiño a los antiguos faroles de las plazas mediante la instalación de una farola moderna. El Belén, que rinde homenaje a Ángel, uno de los que lo elaboraban que falleció este año y a Eduardo y Vidal, que están enfermos, se puede visitar hasta el 8 de enero, de 8:00 a 9:00 y de 18.00 a 21:00 h.