La reina Sofía inaugura hoy un nuevo capítulo de Las Edades del Hombre

Ciudad del agua y del Duero en su máximo esplendor. Todo está preparado en Toro para la visita hoy de la Reina Sofía y la apertura de 'Aqva', la vigésima primera edición de Las Edades del Hombre. De un mosaico romano del siglo IV llegado desde el Museo de León, como pieza más antigua, a la última en terminarse, la obra de Venancio Blanco 'Don Quijote y Sancho Panza descubren el agua', encargada de forma expresa para la muestra y que estará expuesta junto a una edición original de El Quijote, en un guiño al IV Centenario de la muerte de Cervantes. En 'Aqva' dialogan arte antiguo y contemporáneo. Tienen presencia autores modernos y todos los grandes escultores y pintores que trabajaron en Castilla y León entre los siglos XV y XVIII.

"Están todos los grandes", explicaba el secretario de la Fundación Las Edades del Hombre, Gonzalo Jiménez, durante el pase previo a la exposición que fue guiado por el comisario, José Ángel Rivera de las Heras. Es un proyecto hermoso, destacó el secretario general, de diálogo entre la fe y la cultura, una catequesis que está seguro que "nos ayuda a amar nuestro patrimonio". Consta la exposición de 139 obras divididas en seis capítulos, cuatro en la Colegiata de Santa María la Mayor, edificio emblemático del patrimonio cultural zamorano que fue construido entre los siglos XII y XIII, y dos en la iglesia del Santo Sepulcro, que fue sede de la Orden del Santo Sepulcro y se ubica en la Plaza Mayor. Un letrero luminoso, 'Aqva', dirigirá al visitante desde las 10 horas del jueves hasta el 14 de noviembre a la entrada de la exposición por la puerta que da a la capilla del Pórtico de la Majestad de la Colegiata. Hoy será la Reina Sofía quien atraviese esa puerta en el acto de inauguración. Por la tarde, será el turno de que los prestadores de obras y participantes en el catálogo conozcan el trabajo realizado.

Las 139 obras procedentes de las diócesis de Castilla y León, de otras como Madrid, Navarra, Andalucía, Extremadura y País Vasco, y tres de Portugal conforman el recorrido por los seis capítulos, con el agua como hilo conductor aprovechando el paso del "padre" Duero por Toro y la provincia de Zamora, a la que divide en dos. El capítulo 'Agua de vida' es el primero. Habla del agua desde la perspectiva natural y antropológica, desde la limpieza corporal, los recursos hidrológicos, los recipientes domésticos y su presencia en la mitología y en la filosofía. Una obra en metal que pueden tocar los invidentes, tres del pintor Eduardo Palacios, autor del cartel de 'Aqva'; tres cuadros de Antonio López de la serie 'Las flores de Ávila', trabajos en cristal de La Granja y alfarería popular zamorana de Moveros son algunas de las piezas de un primer capítulo que recupera la fotografía tras el éxito en Oña (Burgos).

Le sigue 'Preparando caminos', el capítulo segundo, al que conduce el emblemático Pórtico de la Majestad con el objetivo de que el continente, en este caso la Colegiata, no quede tapado por el contenido. En él se trata el agua a través de la creación y de la historia de la salvación, desde el Génesis hasta la figura de San Juan Bautista. Hay obras como 'Estela solar' de José Luis Alonso Coomonte y 'El diluvio universal' de Juan de Zamora, y un impresionante 'tableau vivant' que simboliza a los refugiados que abandonan su país. Una extensa figura del Cristo Crucificado de la iglesia de la Santísima Trinidad de Toro centra las miradas antes de pasar al tercer capítulo, protagonizado por San Juan Bautista, figura clave que une los dos testamentos. Bajo el título 'Los cielos se abrieron', narra su nacimiento, predicación, martirio y de forma especial, el bautismo de Jesús en el río Jordán a través de obras de Juan de Montejo, Gregorio Fernández, Francisco de Zurbarán, Luis Salvador Carmona, Esteban de Rueda y Sebastián Ducete, creadores estos dos últimos de la escuela de Toro.

El capítulo cuatro, que cierra la exposición en la Colegiata, se titula 'Cristo, fuente de agua viva'. Es en éste en el que se muestran los pasajes de la vida de Cristo que tienen relación con el agua, desde la elección de los apóstoles junto al mar de Galilea, las bodas de Caná en las que transforma el agua en vino, el diálogo con la samaritana, Jesús caminando por encima de las aguas del mar de Galilea, el lavatorio de los pies y de Pilatos, y como momento culminante, la crucifixión y el instante en el que le atravesaron el costado con una lanza y de su costado salió sangre y agua. Están presentes aquí artistas como Hipólito Pérez Calvo, una maqueta de Ramón Núñez del paso 'La Sentencia' de la Semana Santa zamorana y el Calvario de Pinilla de Toro, de Juan Ducete y Sebastián Ducete, una de las 32 obras restauradas en los talleres de la Fundación Las Edades del Hombre en la localidad vallisoletana de Valbuena de Duero.

El itinerario nos lleva después a la iglesia del Santo Sepulcro, donde se ubican los dos últimos capítulos, 'El bautismo que nos salva' y 'Nacidos de nuevo por el agua y el espíritu', dedicados a objetos relacionados con el bautismo y a los santos vinculados con el agua, desde Santiago de Compostela al zamorano San Atilano. Los dos momentos fundamentales en el templo se ubican en el sotocoro, con la pila bautismal de Quintanilla del Monte y objetos de platería, y junto al Cristo Resucitado de Antonio Tomé, que cierra la exposición.