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Los artistas que forman a Marcelino Cuevas
La Sala Provincia del ILC muestra, hasta el 25 de junio, la exposición de 126 creadores que rinden homenaje al periodista del arte
A veces ser artista no es solo la creación de una obra pictórica o escultórica, es saber transmitir la energía y los sentimientos que esas personas han puesto en sus creaciones; juntar las letras para que la obra atraviese el papel (o las ondas sonoras) y lleven a los lectores u oyentes a ellas.
Eso es precisamente lo que hacía el periodista leonés Marcelino Cuevas (1945-2019), quien durante más de 56 años realizó su crónica cultural en diversos medios para dar a conocer el valor de todos los artistas, por pequeños o grandes que fueran.
Y es que Marcelino Cuevas fue, y sigue siendo, parte de la cultura de esta provincia, relatando con precisión todo lo que acontecía en el arte leonés. Y ellos precisamente, sus artistas, son los que ahora le recuerdan con una exposición en la Sala Provincia del Instituto Leonés de Cultura.
En su memoria y su recuerdo, 126 artistas leoneses se unen bajo 'Exposición Colectiva. Marcelino Cuevas. In memoriam', para recordar a quien tanto les ayudó y de quien tanto hay que aprender. Hasta el 25 de junio pueden contemplarse las esculturas, vídeos, ilustraciones, instalaciones, grabados, fotografías, cuadros y diversas obras que conforman un conglomerado precioso que baila como lo hacían las letras de Cuevas.
El preciso cartel recoge los nombres de todos los participantes creando la imagen dle periodista en una suerte de alegoría de quienes formaban parte de él y él de ellos.
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Trayectoria
Cuevas comenzó su andadura periodística en la emisora La Voz de León, Radio Cadena para después trabajar durante cuarenta años en Radio Nacional de España. Con colaboraciones artísticas y gastronómicas en medios escritos como Diario de León no solo de letras se nutrió sino también de fotografía.
Diversos libros y exposiciones llenaban su currículum en el que también había sitio para los restaurantes y la gastronomía (otra forma de arte).
En definitiva, una exposición en la que el arte y la persona se ponen por delante.
