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Imagen del acceso al interior del templo, uno de los grandes desconocidos de la provincia de León. leonoticias

Santa María de Arbás, la gran desconocida

Este templo, ubicado a solo un kilómetro del puerto de Pajares, fue hospital de peregrinos y residencia temporal del rey Alfonso IX | Bien de Interés Cultural y Patrimonio histórico de España la obra inicial fue ordenada por el conde Fruela Díaz y su esposa Estefanía Sánchez

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Arbás del Puerto

Jueves, 23 de septiembre 2021, 08:36

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La Colegiata de Santa María de Arbás es, sin duda, una de las grandes desconocidas de la provincia de León.

Situada a apenas un kilómetro del alto del puerto de Pajares saluda, silenciosa y bella, a su paso a los miles de leoneses y asturianos que cada jornada transitan por la Nacional 630 en ese punto.

El templo, que apenas abre sus puertas de forma puntual los fines de semana o para ocasiones especiales, esconde en su interior una de esas visitas que conquistan los sentidos. Mientras a uno metros los vehículos ofrecen su particular concierto en el interior el silencio estremece mientras la luz va moldeando la piedra con cuidado.

El origen en 1116

En su origen 1116, fue un hospital para los peregrinos que iban camino de Oviedo por iniciativa del conde leonés Fruela Díaz y su esposa Estefanía Sánchez. Entonces atravesar Pajares era una aventura que precisaba de este tipo de instalaciones.

El hospital y la pequeña capilla se construyeron junto a un manantial del río Bernesga. Pese a ser una construcción muy tosca y pobre tuvo entonces su importancia y relevancia ya que aparte de a los peregrinos, servía de alojamiento a los pobres que así lo solicitaban. De ahí que se la conociera también como 'Casa de los Probes'.

Alfonso IX, que en sus frecuentes viajes a Asturias se alojaba en Arbás, hizo cuantiosas donaciones a la abadía, y en 1216 ordenó la construcción, junto al albergue, de la nueva iglesia de Nuestra Señora de Santa María de Arbás.

Conjunto excepcional

El resultado final, que entremezcla gótico y románico, deja ver un conjunto excepcional. La iglesia tiene dos portadas románicas visibles y tuvo una tercera en el muro norte de la que solo queda algún vestigio. La iglesia está construida con sillería de arenisca de color parda.

Tiene planta basilical formada por tres naves destacando la central por su altura y anchura. En su origen, la cubierta de la nave central consistía en un artesonado de madera que fue sustituido en el siglo XVIII por tres bóvedas de terceletes.

Bien de Interés Cultural y Patrimonio histórico de España su presencia resalta un paisaje único de la montaña leonesa. Tan único como discreto, quizá, con la única intención de mantener el anonimato que preside su propia estancia.

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