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Miembros de Brif Tabuyo, en el incendio de Gran Canaria. Brif Tabuyo

La línea negra sobre las cenizas

La Brif de Tabuyo del Monte desplazada en el incendio de Gran Canaria trabaja sin descanso en una jornada «brutal» en la que el fuego parece haber dado una tregua pero el tiempo juega en su contra en un terreno en el que «hay mucho trabajo por hacer»

INÉS SANTOS

León

Miércoles, 21 de agosto 2019

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No es la primera vez que se enfrentan al fuego, ni será la última. Pero la imagen que presenta la isla de Gran Canaria «es brutal». Casi sin palabras, Pablo González Moreno, el capataz de la brigada leonesa de la base de Tabuyo del Monte desplazado al archipiélago, explica que aún queda mucho trabajo por hacer y el tiempo juega en su contra.

La llamada llegó, como en anteriores ocasiones, del Ministerio. Su presencia era imprescindible en la isla. Pronto se pusieron en contacto con los compañeros de la Brif de Puntagorda (La Palma) y antes de que termine la semana Pinofranqueado (Cáceres) y Daroca (Zaragoza) también acudirán a Gran Canaria.

Apenas unas horas después de aterrizar en la isla la cuadrilla leonesa ya estaba sobre el terreno. «Eran las ocho de la mañana cuando empezamos y la situación sigue siendo brutal». Una jornada intensa que se alargó durante todo el día, ya que por las noches no pueden realizar estas labores de consolidación.

El incendio que asola la isla canaria está controlado, pero los cambios de temperaturas y el viento previsto para los próximos días puede complicar las labores de control y hacer que algunas zonas se reactiven. Contra los peores pronósticos está trabajando el grupo leonés. Los 18 brigadistas forestales se encuentran en el pueblo de Fontanales, la zona noreste de las más de 10.000 hectáreas, según los últimos datos, calcinadas por el incendio.

Diez bases, el mismo sentimiento

Muchos de ellos se conocen. No es la primera vez que trabajan juntos para plantarle cara a las llamas. Y cada nuevo reencuentro entre alguna de las diez Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales no es sinónimo de alegría, sino de tragedia.

El destino les ha vuelto a unir en esta ocasión bajo el mando de las Brif de Puntagorda de La Palma. «Queda mucho curro, pero columna conflictiva no hay en estos momentos», explicaba Pablo González Moreno, el capataz de la Brif Tabuyo (León) de la cuadrilla desplazada. Unas labores que actualmente se centran en «la línea negra y la consolidación del perímetro», para evitar que el incendio se reactive de nuevo.

Trabajando hora a hora y sin tener muy claro que pasará mañana. La incertidumbre de los brigadistas se debe en gran parte a la evolución de la situación, ya que «en principio haremos el turno completo hasta el sábado, pero luego veremos». Un trabajo en el que los horarios les pone el fuego y no las jornadas acumuladas.

Consolidación contra el fuego

Ayudados de motosierras y herramientas manuales se van abriendo camino entre la maleza, desbrozar y crear una línea negra, que contraste con las huellas que el fuego a dejado a su paso, es la tarea que les tiene ocupados durante toda la jornada. Codo con codo los leoneses trabajan con los compañeros de Puntagorda, no es la primera vez que coinciden y la compenetración es perfecta.

El cambio de zona también les sirve para descansar un rato, el calor y el olor ya no se notan como a primera hora de la mañana, pero la imagen sigue siendo desoladora. Finalizan el día en Montaña Alta, el objetivo es realizar el remate y la consolidación del perímetro en el sector Nor-Eco de un incendio que a muchos les recuerda al vivido en la provincia leonesa hace unos años. «En Castrocontrigo se quemaron casi 12.000 hectáreas y el trabajo fue inmenso», recordaba Pablo González Moreno este martes poco antes de subir al avión.

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