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María Santísima del Mayor Dolor de su Soledad muestra el desconsuelo por el calvario de su hijo. Irene de Celis

Tinieblas y calvario en la noche

La Procesión de las Tinieblas y Santo Cristo de las Injurias lleva al barrio Santa Marina el duro calvario de Jesús y el desgarrado desconsuelo de una madre ante la injusta pasión de su hijo

I. Santos

León

Jueves, 6 de abril 2023, 22:17

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El Oficio de Tinieblas fue el preludio de una procesión que llevó a las calles de León la oscuridad. Una vez jurado el voto de silencio, los hermanos de la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo pusieron sobre las estrechas calles del barrio de Santa Marina la Procesión de las Tinieblas y el Santo Cristo de las Injurias.

Al atardecer de Jueves Santo las tinieblas tomaron las calles y el púrpura leonés de la túnica y el negro luto del capirote llevaron la oscuridad de la noche a León, como anunciaba la ronda que daba paso a la penitencial.

Una de las jóvenes papolas de la cofradía.

Las Tinieblas y el Santo Cristo de las InjuriasVer 36 fotos

Una de las jóvenes papolas de la cofradía. I. Santos

La procesión avanzó lenta y silenciosa por las calles del barrio de Santa Marina en un nuevo recorrido que se estrenó el pasado año y que se mantuvo en este. El Cristo de las Injurias, una talla especial y realizada por el leonés Amancio González, porta la carga de la pesada cruz tras un calvario que está a punto de poner fin.

El dolor de una madre

Le seguía la madre. Una María Santísima del Mayor Dolor de su Soledad caminaba sobre su trono en riguroso luto y, vecinas del barrio, arropaban con su mirada el sufrimiento de una madre ante la pérdida de su hijo. Un trono que ha sido remodelado, como todos los de la cofradía, y presentados en esta ocasión a León.

Los braceros marcan así el paso con el sonido de las carracas y matracas que realizan su toque y el incensario que expande su característico olor mientras las horquetas golpean el pavimento y es lo único que se escucha al paso de las Tinieblas. La Banda del Desenclavo puso el ritmo lúgubre a una marcha procesional sin alardes y que desfila con gran sobriedad.

La procesión finalizó con todos los hermanos en el interior de Santa Marina donde se dispuso a enclavar a Cristo y preparar su acto central de Sábado Santo.

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