Siete palabras de perdón y muerte

Siete palabras de muerte y tres colores: blanco puro, rojo sangre y negro enlutado han inundado las calles de León de perdón y muerte. Los siete crucificados juntos, en procesión, para conmemorar la muerte en la cruz del Hijo de Dios. Abrían el cortejo media decena de caballos que imponentes marcaba en paso de la penitencial. Los que en la jornada previa anunciaron los actos de la Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz volvían a hacerlo con su sola presencia.

Tras ellos venían las imponentes tallas de la penitencial. La primera sería una de las más importantes en este acto, un crucificado que un año antes se presentó a León, y que en esta Semana Santa lucía una de las novedades de la Cofradía. La talla de un romano, situada detrás del Cristo en la cruz, que se ha estrenado este Viernes Santo.

Imponente avanzaba, también sobre ruedas la segunda palabra, el Santísimo Cristo de la Misericordia, donde Jesús conversa con uno de los ladrones. Un paso imponente que asombraba de nuevo a leoneses y visitantes que se agolpaban a ambos lados de las calles a pesar del calor y el sol tan impropios de abril, pero que han hecho brillar a la Semana Santa leonesa. Avanzaba el paso firme y bajo un acompañamiento excepcional de la Banda de Jesús Divino Obrero.

La siguiente de las palabras: Mujer he ahí tu hijo. Una obra magnífica sin policromar y empujada por más de una decena de cofrades de la penitencial.

El blanco, rojo y negro de las Siete Palabras y el blanco y morado de la penitencial de El Ejido inundó las calles de la capital acompañando a los crucíferos en un día muy especial. La hemandad entre las dos cofradías volvió a estar presente un año más en la procesión de las siete palabras donde decenas de papones de filas acompañaron las siete palabras de muerte.

El Santo Cristo del Desamparo y el Buen Amor seguía la procesión, y en este caso lo hacía ya a hombros de los braceros. La cuarta palabra, 'Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?' llegaba acompañada de la Banda Musical del Nazareno que marcaba el ritmo con excelencia.

Volvía un grupo de papones de la Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz a llenar de rojo sangre y negro luto las calles de la capital. Y entre ellos un nutrido grupo de pequeños que serán, a buen seguro, los braceros del mañana.

La quinta palabra Tengo sed pasaba con el resonar de las horquetas golpeando con fuerza el suelo. Los hermanaos iban acompañados por la banda del Gran Poder.

La sexta palabra Todo se ha consumado, obra de Manuel Martin Nieto, igual que la anterior, se abría paso sobre sus braceros dando testimonio gráfico de los duros momentos vividos por Jesús en la cruz. Impresionantes tallas que daban testimonio de la fortaleza de las Siete Palabras que un año más volvió a ser admirada por miles de leoneses.

Imponente como ninguno cerraba la procesión el titular de la Cofradía, el Santísimo Cristo de los Balderas. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu era la última de las palabras que llevaba el luto a las calles de León. Siete palabras de muerte en la cruz para conmemorar el fin de la pasión.

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