«Hay que poner los cimientos y empezar a trabajar para celebrar los 450 años»
La Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad mira al futuro y vivirá este Domingo de Pentecostés el cambio de vara que la pandemia truncó el pasado año | Ángel Lescún, papón de cuna de la penitencial mariana, apuesta por dar continuidad al legado de sus antecesores
Sobre su espalda recaerá el peso de la historia de la Semana Santa de León. Un peso que sostiene la decana, desde 1578, y cuya vara de mando tomará Ángel Lescún.
Todo está listo en Santa Nonia para que la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad celebre este Domingo de Pentecostés, tal y como mandan sus estatutos, un cambio de abadía que la covid-19 interrumpió el pasado año. «El 11 de marzo de 2020, cuando empezamos a cancelar actos, le dije a mi abad -Miguel Ángel Gil- que no habría Semana Santa, que que yo tampoco tomaría posesión. Lo veíamos lejano y fueron cayendo los días y tuvimos que cancelarlo», vaticinó el que será nueva cabeza visible de la junta de gobierno.
Ilusión por bandera para tomar el mando de una de las centenarias para la que Lescún pretende mantener una línea de continuidad con la labor de sus antecesores. «Quiero seguir la línea de mis predecesores. Somos una cofradía familiar, cercana, que atiende a su patrimonio constantemente para tenerlo todo en muy buen estado y al ser tan inmenso siempre estamos actuando; esa línea quiero continuar».
Los retos
Uno de los retos a afrontar será la bendición del manto de Nuestra Señora de la Soledad y la puesta de largo de la nueva talla de la Consolación de María, en capilla desde hace casi un lustro. Y, mirando a largo plazo, dar los primeros pasos hacia una fecha muy especial. En 2028, Angustias cumplirá 450 años y, ante aquello que llaman 'tempus fugit', quiere poner los cimientos y empezar a trabajar en un aniversario que llevará «tiempo y esfuerzo», por lo que «ya es hora de ponerse con ello».
La historia
El 9 de febrero de 1578, en el antiguo convento de Santo Domingo se fundaba la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad.
Este recinto religioso fue destruido en un incendio durante la Guerra de la Independencia, en 1809.
En 1814, la penitencial se traslada a la 'casa de los papones de Angustias', donde tiene su actual sede, en la capilla de Santa Nonia.
Este año se han cumplido 442 años de su fundación.
El nuevo abad tomará posesión en un acto descafeinado, sin salida de la Procesión de la Virgen de la Alegría, que se sustituye por un triduo, pero con la esperanza de que en 2022 pueda poner en la calle la Oficial del Santo Entierro.
Ángel se califica como papón de cuna y es que, desde que nació, su familia le entregó la túnica negra y el emblema con el corazón dorado para insuflarle su pasión mariana. «Mi padre me hizo hermano de la cofradía nada más nacer, él era de la junta de gobierno; mi bisabuelo fue abad; mi tío abuelo Joaquín Canuria, también; mis hermanas, mi abuela... Mucha familia ha servido a la cofradía de Angustias en diversos cargos y es una tradición familiar; siempre lo digo, y a mucha honra».
Es de Angustias por tradición familiar, pero también por ser la más antigua de León y de las negras. Una trayectoria en la cofradía de Santa Nonia de la que se queda con varias tallas de su amplio patrimonio. Como bracero del Santo Sepulcro, la considera una obra maravillosa; fue seise de la Consolación de María, y le tiene un tremendo cariño; y los seis últimos años guió al paso de la Soledad, uno de los «mayores honores» por ser seise de una titular por la que siente «gran devoción».
Desde este domingo, Ángel Lescún tendrá por delante dos años para devolver a los hermanos un sentimiento que ha quedado escondido bajo la pandemia, pero que tras la angustia y la soledad que ha causado la enfermedad, los papones recuperen su alegría para devolver a León la historia de su Semana Santa.