Cinco llagas iluminan noche leonesa
La Solemne Adoración de las Llagas de Cristo lleva al titular del Santo Sepulcro en parihuela para recordar la pasión y muerte
La noche se cerró en León para que el silencio se abriera paso desde el convento de las Concepcionistas.
La solemne salida de la Adoración de las Llagas de Cristo consumía las velas que poco a poco los hermanos iban encendiendo a la salida del templo.
Respeto y tradición dados la mano con la Cofradía del Santo Sepulcro – Esperanza de la Vida que recibió el beneplácito de la madre abadesa para poner en marcha su primer acto procesional.
Las cinco llagas
La banda partía en silencio y solo el sonido de un tambor ronco se atrevió a contradecir el voto de silencio de los papones, que iban avanzando a la espera de su titular.
El Santísimo Cristo Esperanza de la Vida era montado en el exterior. Su parihuela tomaba forma para que una docena de braceros sujetaran sus andas y recorriesen León recordando las cinco heridas que sufrió Jesús en la cruz.
Las capas de los acompañantes de San Pedro del Castro, así como miembros de la Orden del Santo Sepulcro seguían de cerca el avance de esta talla, que contó con la liturgia de la vela de las mujeres ataviadas con riguroso luto leonés y preparadas para rezar a cada una de las llagas.
El recorrido fue en silencio, alterado únicamente por el rezo, hasta regresar al templo donde el beso a los pies del cristo deshizo el embrujo a la espera de un reencuentro en Sábado Santo.