El patrimonio industrial a debate
Las chimeneas, sus torres, todo lo que tiene que ver con las centrales térmicas en España poco a poco se va borrando del entorno | Su destino, ligado al carbón, provoca su inevitable extinción o no del todo
Las chimeneas, sus torres, todo lo que tiene que ver con las centrales térmicas en España poco a poco se va borrando del entorno. Su destino, ligado al carbón, provoca su inevitable extinción o no del todo.
Al menos eso pretenden asociaciones y vecinos que defienden que otra vida es posible para estas infraestructuras.
Se conocen casos en los que se ha conseguido, como la central hidroeléctrica asturiana de La Malva, que permanece en funcionamiento si bien en las instalaciones de la central se ha instalado el museo con máquinas y herramientas del último siglo.
BIC
Un caso paradigmático es el de las tres chimeneas de Sant Adrià del Besòs. Un símbolo que se respetará en la importante remodelación prevista para modernizar toda esta zona de la provincia de Barcelona.
En el caso de la provincia de León la permanencia de este patrimonio ha resultado complicada. El último ejemplo se encuentra en la central térmica de Compostilla.
Allí el indulto mediante declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) finalmente se ha quedado en nada ante la imposibilidad de extender en el tiempo los elevados costes de mantenimiento.
Compostilla
Compostilla perderá sus chimeneas, como antes se perdieron las de La Robla o las de otras térmicas. En el caso de la provincia de León sí se han aprovechado determinadas áreas industriales mineras visibles en la Ciuden o el MSM.
Apuestas de reconversión que, pese a todo, alientan un debate permanente.