Un 'tesoro' único de minerales y fósiles

Hay un lugar en León donde los niños que pasan el verano en el Coto Escolar pueden acercarse al mundo de los minerales y fósiles de una forma única. El 'ula de los tesoros de la tierra' es un pequeño espacio en el que siglos de historia perfectamente catalogada se muestran a vista, olfato y tacto de los más pequeños para que aprendan a identificarlos y se acerquen de una forma única al oficio de la arqueología.

A su disposición, más de 400 minerales y 100 fósiles, la mayoría de ellos de la zona de León, donados por diferentes asociaciones, particulares e instituciones con el único objetivo de divulgar el conocimiento sobre geología y arqueología.

Todo comenzó hace unos ocho años, cuando la Asociación de Mineralogía 'Aragonito Azul' del Museo del Alto Bierzo de Bembibre donó cerca de una centena de minerales al Coto Escolar. Pero la gran revolución llegó gracias a Armando Conejo, un minero de Santa Lucía de Gordón que entregó más de 300 ejemplares para los niños.

A la colección de minerales, entre los que se pueden encontrar la 'villamaninita', un mineral único en el mundo que solo se encuentra en Villamanín, se unen los 100 fósiles que el departamento de Geología de la Universidad de León, a cargo de Esperanza Fernández, donó al Coto en perfecto estado y «muy bien clasificados».

Cristina Álvarez, monitora del Coto Escolar, explica que el principal valor que tiene el aula es «enseñar a los niños las cualidades y propiedades de los minerales y fósiles, y que aprendan a identificarlos gracias a los sentidos».

Y es que la forma de divulgar este conocimiento es muy distinta a lo que acostumbramos a ver en museos o centros de conservación: los niños pueden tocar, oler y tener un contacto directo con estos materiales, algo que en cualquier otro sitio sería imposible y que gracias a estas donaciones altruistas «es posible poner en marcha una actividad única e inolvidable», señala la monitora.

Un aprendizaje gracias al que los niños pueden convertirse «en arqueólogos por un día», ya que algunos de los fósiles que dona la Universidad se entierran en diferentes zonas del recinto para que los pequeños, ataviados con pinceles y herramientas específicas, puedan «desenterrarlos, tratarlos y llevárselos a casa de recuerdo», señala la directora del Coto Escolar Teresa Santamarta.

Con los cinco sentidos puestos en los pequeñostrozos de historia que esconde el «Aula de los tesoros de la tierra» los pequeños leoneses se acercan, de una forma única, a su pasado más lejano.