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He aquí a dos hosteleros orgullosos de sus orígenes en tierras leonesas y que se nota que disfrutan de su oficio, exigente pero que, a lo largo de los 26 años que llevan detrás de la barra de este bar fundado en 1976, han vivido experiencias que para ellos «son imposibles de olvidar». Clemente Martínez y Noelia Natal son la segunda generación de la Bodeguilla La Leonesa, un bar situado en el barrio de San Juan de Valladolid. Para conocer su historia nos tenemos que ir hasta la zona del Órbigo, en dos pequeñas localidades como son San Pelayo del Páramo, perteneciente al municipio de Villazala, y Villoria de Órbigo, que pertenece a Villarejo de Órbigo, de donde son Clemente y Noelia respectivamente.
En el caso de Noelia Natal, quien se encarga de la barra de La Leonesa mientras su marido dentro de la cocina elabora platos que son clásicos de la gastronomía leonesa, emigró muy pequeña a Valladolid, con tan solo dos años. «Yo tengo memoria desde el 76 cuando mis padres abrieron aquí este bar para buscarse las alubias», comenta emocionada recordando pequeños flashbacks de su familia empezando una nueva vida en una ciudad que, en aquel entonces, para ellos era desconocida.
Ya desde los inicios comenzaron sirviendo las famosas patatas fritas leonesas que, a diferencia de León, donde se dan como tapa con la consumición, aquí se empezaron sirviendo como ración, algo que Clemente y Noelia mantienen actualmente.
La receta triunfó gracias a la ambición de los padres de esta veterana hostelera, Lorenzo y Nieves, que querían dejar a un lado la agricultura para triunfar en el mundo de la hostelería con una receta sencilla pero que gustase a todo el mundo. «Mi padre contactó con el dueño de un local mítico por sus patatas en León, Casa Blas, se hicieron muy amigos y ahí aprendió a hacer la receta y, con su consentimiento, mis padres abrieron en Valladolid para empezar a servir este plato».
En el caso de Clemente Martínez, desde muy joven trabajó en diferentes oficios en su pueblo de León antes de empezar en el mundo de la hostelería y conocer a su futura mujer. «Él fue a trabajar para ayudar a unos primos suyos y, casualidades de la vida, yo era amiga de una de sus primas y nos conocimos allí», explica Noelia.
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Lucía Gutiérrez
Fue entonces cuando Clemente comenzó a ir y venir a Valladolid «siempre que podía» para estar con Noelia y poco a poco, fue conociendo también la ciudad que acogió a su novia. Años después la chispa del amor se mantuvo y en el año 98 no solo tomaron la decisión de casarse, sino de heredar La Bodeguilla Leonesa, pues los padres de Noelia decidieron que era el momento de dar paso a una nueva generación. Imposible de olvidar la fecha, pues la boda se celebró el 8 del 8 de 1998, tan solo un mes después comenzaron a llevar el timón de este histórico bar.
Mantuvieron su esencia, con Clemente ya en la cocina y elaborando con mucho mimo esas patatas leonesas que tantos paladares conquistan cada día. «Por aquel entonces nuestros clientes eran estudiantes, médicos y militares porque esta zona estaba muy cerca de los hospitales y universidades» dice Clemente que, desde que llegó a Valladolid, asegura sentirse «muy a gusto» hasta el punto de tener pensado «acabar mis días en esta ciudad».
Su trabajo y dedicación no solo han hecho que lleven 26 años trabajando en el mismo local, sino que han tenido ocasión de servir platos como la cecina, los torreznos, la morcilla o las patatas a un montón de famosos que recuerdan orgullosos.
De hecho, nada más entrar, podemos ver una foto del humorista leonés Leo Harlem, que «viene mucho por aquí porque vivía antes por la zona con su madre y cuando la visita, siempre para a tomarse algo» explican. Otras figuras como el futbolista Peternac, leyenda del conjunto blanquivioleta o el portero con pasado madridista César Sánchez también han visitado La Bodeguilla con bastante frecuencia durante su estancia en la ciudad.
A punto de cumplir 50 años, para el cual tienen pensado hacer «algo muy especial» en su bar, a estos veteranos hosteleros siempre les pregunta su gente de confianza si algún día volverán a su pueblo cuando se jubilen. «Estos temas siempre surgen y obviamente añoras tu tierra porque tienes la familia allí, pero hoy por hoy nosotros tenemos aquí un negocio y lógicamente hay que estar donde te estás ganando el pan y la vida» explica Clemente sin dejar muy claro qué ocurrirá más adelante.
Tras 26 años juntos dentro y fuera de la barra, Noelia Natal y Clemente Martínez aún tienen muchas ganas e ilusión por continuar trasladando el sabor tradicional de su tierra a los habitantes de Valladolid, que continúan disfrutando de un bar que en su interior, esconde una gran historia con León como gran protagonista.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Iker Elduayen y Amaia Oficialdegui
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