el orgullo de ser libres

Hacer del amor algo normal es una cuestión que, en 2017, sigue necesitando de grandes dosis de concienciación y trabajo. Existen a día de hoy países en los que no ser heterosexual se paga con la vida, con años de cárcel o con destierros eternos.

Cierto es que en España, afortunadamente, la situación es diferente, pero no es necesario hacer demasiada memoria para recordar cómo hace una década se aseguraba, día sí y día también, que las uniones homosexuales eran 'contranatura'. Necesario es saber de dónde venimos (recuerde aquello de las peras y las manzanas) para poder avanzar correctamente hacia donde queremos ir, y en la normalización no parece que sea diferente.

El colectivo LGTBI en León salió a la calle para reclamar un trato igualitario por parte de la sociedad. Izando la bandera arcoíris en dos ocasiones, con lectura de sendos manifiestos incluída, la concejala de Juventud Marta Mejías expuso a la capital del Bernesga como una «ciudad abierta» donde «se respetan los derechos de todos».

Igualmente, el colectivo destacó que a pesar de las estadísticas, al autobús transfóbico de Hazte Oir a ayudado a que aniden ciertos sentimientos de odio, que han derivado en acoso en algunos centros escolares.

Así, partiendo desde Espacio Vías a los sindicatos, el colectivo quiso hacer visibles sus reclamaciones en el que es su día, con la idea presente de que si hay algo que amenaza a la familia tradicional es una economía que parece una barrera importante a la hora de lanzarse a la construcción del núcleo familiar, ya sea 'tradicional' o gay.