La memoria de 'La Gafa de Oro' renace en una nueva óptica

'La Gafa de Oro' se va, pero permanecerá su memoria. Las obras realizadas en el viejo inmueble número 4 de Ordoño II, en León capital, reconducen uno de los edificios más históricos de la ciudad hacia una nueva vida.

Con él viajan los recuerdos perdidos de quienes vivieron en esa mansión y junto a ellos las historias que acompañados a los comercios que con el tiempo llegaron a sus bajos. Entre ellos una óptica y laboratorio fotográfico que escribió una de las páginas más señaladas de la capital.

'La Gafa de Oro', cuyo local permanece cerrado desde hace décadas, tendrá ahora una nueva vida dentro del mismo sector y con optometría como bandera. En realidad el comercio que ahora revive fue una de las primeras ópticas que se hubo en la ciudad. 'La Gafa de Oro' abrió su tienda el 12 de diciembre de 1925, y lo hizo en los locales comerciales que tenía la conocida como Casa Lorenzana.

Su creador fue Francisco Lorenzo, quien nació en 1901 en el pequeño pueblo de Pozaldez y falleció el 2 de agosto de 1997 en León, a los 96 años de edad. Francisco Lorenzo fue hijo único y quedó huérfano cuando sólo contaba dos años de edad (su madre falleció al caer de un burro y golpearse su cabeza contra una piedra).

Su padre, Román Lorenzo, no puso reparos a que el pequeño fuese educado por sus abuelos maternos en el pueblo natal, mientras el ejercía como abogado en Medina del Campo.

Al cumplir doce años, gracias a las influencias de un tío materno, empezó a trabajar como aprendiz en una óptica de Valladolid, 'Óptica Alcañiz', donde también se vendían gramolas y aparatos fotográficos y fue allí donde aprendió el oficio de óptico y allí nació también su temprana afición a la fotografía y a la música clásica.

Con sus primeros ahorros, Francisco Lorenzo compró una cámara fotográfica, todo un lujo en la época, y empezó a retratar a sus amigos y a la familia, pero también las calles de Valladolid, y el entorno.

Con 23 años, Francisco Lorenzo era un joven ambicioso, dispuesto a poner un negocio propio. Finalmente tomó la decisión de convertirse en empresario y decidió hacerlo en León después de un fallido primer intento en Valladolid, donde se sintió engañado en el alquiler de un local.

Así nació 'La Gafa de Oro' que presume de haber sido de los primeros comercios de óptica que se abrieron en León capital. Se inauguró ese 12 de diciembre de 1925, coincidiendo con la fiesta de Santa Lucía, patrona de los ópticos.

Su escaparate de la céntrica calle Ordoño II lucía un bonito rótulo de diseño «art-nouveau». Francisco Lorenzo tenía 24 años y acababa de casarse, el 9 de julio de ese mismo año, con Felisa Martín López, natural de Valladolid y aproximadamente de su misma edad. El matrimonio alquiló un piso en la calle La Torre, en la casa de Los Fierro, aunque poco después se trasladó al número 8 de la calle Ordoño (la casa de Lubén), donde residió ya toda la vida.

La gacetilla publicada por aquel entonces en un periódico local decía textualmente: «La Gafa de Oro. Con este título se ha establecido, en el número 4 de la calle Ordoño II, una nueva Casa dedicada a los trabajos de óptica, a las cuales lleva doce años dedicado, al frente de importantes establecimientos. Se notaba la falta en León de un establecimiento de esta índole, especializado en este artículo y con toda la amplitud que el mismo requiere, pues el del señor Lorenzo cuenta con un taller completo y moderno para dar forma a los cristales por propulsión eléctrica. En sus escaparates ofrece La Gafa de Oro multitud de lentes, gafas, prismáticos, lupas, anteojos, en una palabra, cuantos objetos y artículos entran en el campo de la óptica», según recuerda Eloisa Otero en un artículo publicado en saber.es.

A finales de 1925, cuando Francisco Lorenzo abrió «La Gafa de Oro», León capital tenía poco más de 25.000 habitantes, que poco a poco convirtieron ese establecimiento en punto de encuentro.

Con el paso de los años su colección de fotografía se convirtió en única aunque él nunca quiso ejercer como fotógrafo profesional. En su tienda de óptica se vendieron desde el primer día aparatos relacionados con la fotografía y el cine. La oferta se amplió muy pronto con uno de los primeros laboratorios de revelado que abrió sus servicios al público leonés. Durante años, su cámara estuvo siempre preparada para resolver una emergencia o realizar un encargo.

Su laboratorio llegó a ser el más importante de la ciudad en los años treinta y cuarenta, y con Francisco Lorenzo aprendieron el oficio buena parte de los fotógrafos que luego ejercieron como profesionales y reporteros en la prensa local. A lo largo de toda su vida coleccionó además todo tipo de cámaras y aparatos antiguos relacionados con el cine y la fotografía. Por desgracia, en una ocasión entraron a robar en la tienda y desaparecieron prácticamente todos.

'La Gafa de Oro' se mantuvo fiel a aquel primer establecimiento comercial durante quince lustros: el mismo mostrador, el taller de óptica, la trastienda... Incluso después de jubilarse, con más de setenta años, Francisco Lorenzo siguió acudiendo a su lugar de trabajo. La tienda se había convertido en parte inseparable de su vida.

Ahora el local comercial inicia una nueva vida aunque no será tan sencillo olvidar aquella entrañable 'Gafa de Oro'. Si acaso su permanencia como óptica avivará ese recuerdo.