'Gambito de dama' para el ajedrez leonés
La pandemia y la repercusión de la serie de Netflix llevan a este deporte a máximos históricos en número de aficionados | «El glamour existe, pero lo que hay detrás es un trabajo enorme», confiesa el maestro internacional leonés Marcelino Sión
Después de su llegada al orfanato, la vida de Beth Hamon comienza a cobrar sentido cuando cruza la puerta que va a dar al desván. Allí pasa los ratos el señor Shaibel, el bedel del centro, que es quien inicia a la pequeña en el tablero. No tarda en darse cuenta de que aquella niña pelirroja tiene todas las condiciones. ¿Para qué? Sería mucho destripar si respondemos a la pregunta tan pronto.
Netflix ha sabido dar con la tecla con 'Gambito de Dama', una miniserie de siete capítulos en la que adapta a la pequeña pantalla la obra del mismo nombre escrita en 1983 por Walter Tevis.
Para entender el fenómeno que ha supuesto 'Gambito de Dama' en el ajedrez leonés acudimos a uno de los expertos con los que cuenta la capital. El maestro internacional Marcelino Sión despliega sus piezas con soltura sobre un tablero que previamente ha desenrollado sobre la mesa de una cafetería. «La serie ha gustado mucho entre los jugadores y la gente relacionada con el mundo del ajedrez, cosa que no es habitual porque se han hecho muchas películas sobre ello centrándose en las deficiencias y taras del jugador, a veces sumando en una persona las características de varios», comenta Sión, que no duda en explicar de forma didáctica cada movimiento.
Beth Harmon y su historia ligada profundamente a los cuadros (un recurso que se despliega de forma maestra durante toda la serie) ha abierto las puertas de un deporte que es más que un deporte. «Es una serie que refleja bastante bien lo que el ajedrez significa para esta chica y el ambiente de los torneos en Estados Unidos, en una época que coincide con Bobby Fischer», explica Sión, que señala sentirse sorprendido «por que se haya recuperado una novela que es de hace muchos años».
Entre explicación y explicación, Marcelino no esconde la satisfacción. «Para nosotros es un orgullo que esta serie salga y se vuelva popular entre la gente».
«Los jugadores son personas normales»
Con el gran maestro mundial Jaime Santos disputando el Internacional de La Palma, Sión apunta a que, si bien la serie es bastante ajustada a la realidad (reconoce que la soltura en los movimientos sobre el tablero es diferente en una partida normal), el ajedrez cambia según el nivel. «Todos hemos oído que hay estrellas del fútbol que dormían con el balón y soñaban con él, y en el ajedrez también pasa. El jugador se obsesiona, tiene continuamente el juego en la cabeza, pero eso es una cosa y otra los problemas psicológicos o psiquiátricos que hayan podido experimentar algunas estrellas del ajedrez. No creo que sea por el juego, sino por personalidades que tenían esos problemas antes», confiesa.
Beth Harmon imagina sobre el techo de su habitación cada movimiento. Gambito de dama, defensa siciliana o jaque pastor son términos habituales en la serie, con la que Marcelino asegura que se derriban ciertos tópicos. «Los jugadores profesionales son gente normal que les gusta el deporte, el fútbol, salir a pasear o ir a cenar, a pesar de que el ajedrez es una forma de vida que absorbe mucho tiempo y mucha energía».
El impacto de la serie es innegable. Gambito de dama, que se antoja como un referente para niños y niñas que acuden de forma habitual a las clases de ajedrez en la escuela municipal, ha despertado interés en muchos adultos. «La serie ha sido la guinda sobre el pastel porque la pandemia, que es algo terrible, curiosamente ha sido una gran oportunidad para el mundo del ajedrez porque se ajusta muy bien al juego por internet, donde ha experimentado un crecimiento exponencial como no conocíamos y las plataformas han multiplicado por tres sus socios». Incluso el Magistral, la prueba de referencia del ajedrez leonés se hizo en modo online y fue un éxito. «Para el ajedrez han sido dos hechos clave para popularizarlo, esta serie ha contribuido a mejorar el conocimiento que se tenía sobre ello».
¿El glamour es real?
La serie no esconde ciero glamour entre tableros, un glamour que Marcelino Sión confirma. «En el ajedrez de élite y en los torneos internacionales siempre hay glamour, se enfrentan los mejores del mundo con personalidades muy distintas, jugadores carismáticos como Fischer, Kasparov o Karpov. Han sido mitos incluso para los que no juegan al ajedrez», asegura, aunque puntualiza. «El glamour existe, pero lo que hay detrás es un trabajo enorme, construir un gran maestro es un proceso duro de entre ocho y doce años. El glamour viene después cuando uno recoge los frutos, como le ocurre ahora a Jaime Santos».
Después de animar a ver la serie, queda animar a lanzarse a mover piezas. «Le diría al que nos lea que la práctica del ajedrez le va a ayudar en muchos otros campos, si es un niño que se está formando le va a enseñar a pensar, a analizar, a desarrollar el pensamiento crítico racional y solo por eso ya merece la pena. Si al final supone algo más que un pasatiempo porque se adentra en la belleza del juego pues adelante, porque también va a tener la oportunidad de desarrollar todas las aptitudes creativas», asegura el maestro internacional, que extiende la recomendación a los adultos. «El ajedrez es un juego que se interpreta personalmente, es fácil de jugar, no es caro, se puede hacer en cualquier lugar... Es una excelente gimnasia mental y nunca se van a arrepentir de practicarlo». Palabra de maestro.