Karavana: «Lo mismo que ves en el escenario es como somos»

En muy pocos años han pasado a ser unos de esos grupos que no puede faltar en los festivales. Ya les quedan muy pocos por tocar, desde que la normalidad conquistara a la pandemia no han dejado de tachar ciudades y espacios musicales. Ellos son Karavana y su secreto es ser ellos mismos.

Este grupo de sevillanos y gallegos que tiene como elemento de unión Madrid nació con el objetivo de divertirse y esa es una constante que continúa firme. «Lo mismo que ves en el escenario es como somos», resume Gonzalo, voz y guitarra de esta banda.

Recién bajados del Granada Sound y sin tiempo para asimilar su verano de festivales comienzan el invierno de salas. Este viernes, 22 de septiembre, regresan a León un lugar en el que «se come como reyes» y que les sirve de indicador para saber que las cosas están yendo bien. «En las salas todo el público que va es 'fan' tuyo y esa cercanía se nota», apunta Emilio, voz y bajo de Karavana.

La gira 'Muertos en la Disco' finalizará en España en la Riviera de Madrid. «Es una pasada y un miedo, piensa que vamos con el primer disco de nuestra vida», detalla Emilio. Pero no queda ahí la cosa, la cerrarán cruzando el charco para revolucionar México. «No nos ha dado tiempo a sentarnos a reflexionar, estamos contentos pero somos ambiciosos y queremos seguir por este camino», explican.

Lo que tienen claro es que lo principal es seguir siendo ellos mismos, aunque las cosas hayan cambiado. La gira les obliga a estar muchas horas en la carretera y el tiempo hoy es mucho más valioso por eso, ahora eligen mejor sus fiestas. «Nos da más pereza salir, ahora se alargan más los 'botellones' sin sentirnos culpables», se sincera Gonzalo a lo que Emilio añade «hemos cambiado pero también molaba como veíamos antes las cosas».

Pertenecer a la familia Vanana, en la que están Ginebras, Amatria o Anabel Lee, hacen que las cosas sean un poco más fáciles. «Nos han acogido genial, siempre hemos pensado que hemos tenido mucha suerte», afirman.

Tras dos años de actuaciones el grupo despide una gira en la que cada vez hay que estar más en forma para disfrutar de sus conciertos. Los saltos, empujones y pogos son más grandes y no descartan poner en el merchandising «analgésicos para evitar los tirones musculares y las lesiones», bromean.

Con la ilusión intacta, sino «no hubiésemos pasado del primer concierto» llegan a El Gran Café para hacer bailar a un público que «cada uno es de su padre y su madre, como somos nosotros» pero con algo en común, su afición por viajar con Karavana.