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Los vecinos de Villablino tratan de volver a su día a día tras el paso de una gran nevada durante la jornada anterior. Irene de Celis

Villablino vuelve a vivir bajo la nieve: «No nos queda otra que tirar de pala»

La capital lacianiega amanecía bajo espesores de casi medio metro de nieve y los vecinos se suman a las labores para despejar las calles y recuperar la normalidad de un invierno «al que ya estamos acostumbrados»

Rubén Fariñas

Villablino

Jueves, 19 de enero 2023

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Levantarse, mirar por la ventana y ver todo blanco puede ser algo que sorprenda en la capital, pero no a los vecinos de Laciana.

Villablino amanecía cubierto de nieve. Espesores de casi medio metro se acumulaban en todas partes en una imagen que no hace demasiado era un clásico en los inviernos en el valle. La nieve y la lluvia se alternaban y jugueteaban en el día después a una gran nevada.

Los vecinos tenían todo preparado para la ocasión. Las palas se podían contar por decenas y los portales de los más madrugadores ya se habían despejado. Eso sí, montañas y montañas de nieve se acumulaban a los alrededores de los finos pasillos que se habían abierto para los peatones.

La terraza de un bar en Villablino.
La terraza de un bar en Villablino. R.F.

La nieve se acumula en todas partes

Uno de los que se encontraba espalando, Javier, había acabado su trabajo y se lavaba las manos con la nieve blanca que quedaba a su alrededor. «Aquí no tenemos problema, la gente de esta zona está acostumbrada», explicaba a leonoticias. «Andar con los coches así es complicado, pero tenemos experiencia», presumía a la par que señalaba a la gente de las capitales por «asustarse» con los primeros copos del invierno.

La realiadd era que pasear por las calles de Villablino se volvía en una misión casi imposible para algunos, pero nadie renunciaba a seguir con su día a día. «Hay que hacer lo que se pueda. Andar tranquilos, ir más despacio por la carretera y guardar la distancia, nada más», reflexionaba otro de los que intentaba recuperar su coche de entre la nieve.

Los negocios también habrían sus puertas. La dueña de uno de los bares de la localidad aclaraba que «no me queda otra» y tiraba de pala para intentar quitar la nieve que se acumulaba en el toldo y en las mesas de su terraza. «El Ayuntamiento pasa por las aceras y nos queda a nosotros limpiar nuestra zona».

Las críticas también estaban a la orden del día, especialmente por la falta de previsión. Una joven, que se encontraba a la puerta de su tienda, lamentaba que, a pesar de estar acostumbrados, las calles estaban «que dan vergüenza» y criticaba que «si sabes que va a nevar, prepárate y deja a la gente que está barriendo que se dedique a limpiar todo esto».

Un coche de Villablino cubierto por la nieve.
Un coche de Villablino cubierto por la nieve. R.F.

Pero como todo en la vida, siempre se le puede buscar la cara buena al asunto y, en este caso, no podía ser menos. «El que tenga niños va a ser mojadura tras mojadora y ellos estarán encantadísimos. Al final, todos tenemos una parte de niños y nos gusta que nieve; y hacía mucha falta». «¿No ves lo bonito que está todo? Vivimos en un sitio privilegiado», presumía otra mujer que caminaba con bolsas de la compra.

Otras grandes nevadas

En el Valle de Laciana, además, están más que acostumbrados a que las columnas de nieve se acumulen en las calles, que los contenedores y los coches desaparezcan bajo el manto blanco y que el paseo matinal puede acabar en algún que otro resbalón. Por lo que la borrasca Fien no les ha pillado desprevenidos. «Antes nevaba más, desde noviembre hasta mayo. En 2018 cayó la última buena y en 2015 tuvo que venir la UME a despejar las calles. Aquí, una al año cae siempre».

Por ello, con cierta dosis de precaución, la normalidad ha ido apoderándose de Villablino. Los coches circulaban, los vecinos acudían a hacer los recados, el colegio permanecía abierto y los bares, sin terraza, acogían a los parroquianos. Ya en Caboalles, otra hostelera sostenía la misma hipótesis que sus vecinos: «Aquí estamos acostumbrados, lo raro es que no nevara. A la gente que viene de fuera le sorprende, pero a nosotros no».

Las calles de Villablino en este jueves.
Las calles de Villablino en este jueves. R.F.

Los lacianiegos volvían a disfrutar de su hábitat, con todas las consecuencias, y volvían a presumir del frío que ha forjado su carácter en el valle.

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