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De Sahagún a San Martín del Camino

De Sahagún a San Martín del Camino

CAPÍTULO I ·

Leonoticias, tratando de demostrar que no hay que cruzar países para descubrir rincones nuevos, se adentra en los más de doscientos kilómetros del Camino de Santiago en la provincia

nacho barrio y Sandra santos

Viernes, 24 de noviembre 2017

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En muchas ocasiones caemos en el error de pensar que lo bueno está lejos. Que ya tenemos muy trillada la provincia como para que ésta nos sorprenda.

Vídeo. Primer capítulo. Sandra Santos

El planteamiento no puede ser más erróneo, y en leonoticias nos hemos propuesto demostrarlo. Divididos en tres capítulos recorreremos los más de 214 kilómetros de Camino de Santiago que pasan por León, en una aventura que dejará muchas sorpresas.

Comenzamos en el límite geográfico entre Palencia y León. Dejando atrás San Nicolás del Real Camino, nuestros pasos comienzan junto al monolito que recuerda a aquellas personas queridas que motivaron a los peregrinos que han pasado por este lugar.

A lo largo del camino por León os contaremos algunos de nuestros secretos para hacer un buen camino. El primero es madrugar un montón para aprovechar las horas de sol. A ver, a todos nos cuesta levantarnos cuando aún es de noche, pero os aseguramos que el día cunde más todavía.

Llegamos a Sahagún

Así, paso a paso, llegamos a Sahagún, uno de esos pueblos leoneses que os sorprenderá y mucho. Sahagún es un importante municipio de la provincia, conocido por ser nudo ferroviario y por su arte mudéjar. Además los peregrinos pueden obtener aquí una credencial especial como punto medio geográfico del Camino de Santiago. Una buena motivación para cuando uno entra en la provincia.

Qué ver en Sahagún

Se trata de una pequeña capital de casi 3.000 habitantes la primera grande que nos encontramos en territorio leonés avanzando por el Camino. Tuvo un pasado esplendoroso y fue llamado el Cluny español.

Iglesia de San Lorenzo: Construida en el siglo XIII y lleva el sello de los alarifes mudéjares.

Iglesia de San Tirso: Ejemplo claro del mudéjar.

Santuario de la Peregrina: Dominando Sahagún sobre un pequeño monte a las afueras de la ciudad nos encontramos la iglesia de la Peregrina. Construida también en románico mudéjar, fue levantada a finales del siglo XII. La talla que albergaba de la Virgen Peregrina, del siglo XVII de Luisa Roldán.

Arco de San Benito: Es barroco del siglo XVII y sustituyó a una puerta románica del ruinoso y desaparecido monasterio de San Benito

Empezamos por la iglesia de San Juan de Sahagún, que por sus colores recuerda a un templo más propio del sur. En su interior se encuentran las reliquias de los santos Facundo y Primitivo, y en su honor se fundó la Abadía de la orden del Cluny que dio origen al municipio. Además, en ella pueden verse mármoles increíbles. Eso por no hablar de su retablo, ¡palabras mayores!

Caminando por Sahagún llegamos hasta la iglesia de San Lorenzo. Aunque haya que desviarse del camino, os recomendamos hacer un alto en vuestra ruta para dar con un tesoro de los grandes. Y es que San Lorenzo es una de las joyas del mudéjar y uno de los mejores ejemplos de este estilo de carácter híbrido, ya que cuenta con elementos románicos, góticos y musulmanes.

A pocos metros de la puerta nos despiden dos papones para avisarnos de que allí está el museo de la Semana Santa, que también merece una visita calmada.

Pasando por la Plaza Mayor de Sahagún y sin perder de vista su ayuntamiento aparece la iglesia de San Tirso, la joya del mudéjar del Camino. De hecho, muchos fueron los que tomaron a este templo como ejemplo para construir iglesias mudéjares en Zamora, Valladolid, o Ávila. Desprovisto ya de culto religioso, San Tirso permanece abierto al público configurando como un pequeño museo de arte sacro y una exposición de maquetas realmente sorprendente. Distribuidas por las capillas y las naves, el visitante puede contemplar una serie de piezas de interés arqueológico, religioso e histórico.

Dos muestras del patrimonio monumental de Sahagún.
Imagen secundaria 1 - Dos muestras del patrimonio monumental de Sahagún.
Imagen secundaria 2 - Dos muestras del patrimonio monumental de Sahagún.

Pero lo sorprendente no se queda aquí. San Tirso formaba parte del Monasterio Real de San Benito, un centro no solo de la fe sino que además contaba con universidad y... ¡Hasta con moneda propia! De renombre durante la Edad Media, sus posesiones llegaban desde Tierra de Campos hasta Liébana y Segovia. Así, fue el principal foco de la reforma de los monasterios benedictinos cuando se introdujo la regla de Cluny por primera vez por este lugar en el año 1080, aunque su decadencia comenzó en el siglo XV, conservándose solo lo que vemos ahora.

A pocos metros encontramos el Arco de San Benito, monumento nacional proyectado para ser una gran entrada pero bajo el que se realizó el trazado de la carretera nacional. Y es que hay cosas que solo vemos en España.

Y ahora viene la guinda del pastel. Caminando un poco más, Ana nos lleva hasta la ermita de la Virgen Peregrina, el gran atractivo que ofrece Sahagún en el Camino.

Tras subir un pequeño montecito encontramos este templo, que es parte del antiguo Convento de San Francisco y que contiene la famosa talla de la Virgen que hoy se encuentra custodiada por la Orden de las Monjas Benedictinas en su propio museo.

La ermita además se adecúa perfectamente a una de las características fundamentales del románico de Sahagún, que no es otro que el uso de ladrillos en lugar de los sillares de piedra.

Tal es la importancia de este hecho que la decoración exterior de los muros se ve condicionada por el ladrillo, de forma que se pueden apreciar arquerías ciegas donde los arcos polilobulados, que delatan la influencia toledana.

Actualmente solo se conservan la iglesia y parte del claustro, que hacen también de centro para saber más sobre el camino. Y, como os contaba hace un ratito, todo el que llega a la ermita puede conseguir algo muy especial.

Y como buenos peregrinos, los de leonoticias la hemos conseguido. Aquí podéis verla. Además no importa de dónde vengáis, en Sahagún tienen las indicaciones hasta en coreano. Y es que después de los italianos, los peregrinos de este país asiático llegan en masa al camino. Hombres y mujeres majos de verdad con los que podéis hablar un rato, eso sí, en inglés. Nunca dejarán de sorprenderos con sus grandes sonrisas y su tremenda educación.

Continuo mi camino dejando Sahagún por el Puente Canto para salvar el río Cea, un gran amigo en caminar por la provincia.

El paisaje de momento nos está encantando. Además, cada estación del año es diferente y ofrece colores que van desde los ocres del otoño hasta el amarillo de los campos en verano. En este caminar y antes de llegar a Bercianos del Real Camino me encuentro con la cruz en recuerdo al alemán Manfred Kress, uno de esos peregrinos que, al menos físicamente no pudieron llegar a Santiago. Su recuerdo y el de muchos otros me anima a seguir andando.

Enfilando hacia Mansilla

En nuestro camino paso por Bercianos y por el Burgo Ranero, dos localidades clave en la ruta jacobea. Llegando a Reliegos, en mi mente ya pensaba en buscar los restos que dejó el meteorito que cayó en esta localidad en 1947. Pero antes de eso nos topamos de frente con el bar de Elvis, un rincón mítico del camino en el que la fachada está decorada por frases que van dejando los caminantes. No lo teníamos previsto pero entramos para hacer una parada y de paso tomar algo, y es que su interior te deja con la boca abierta, entre frases, firmas e incluso maillots de equipos ciclistas.

Después de una buena charla con Sinín, el Elvis de Reliegos como allí se le conoce, proseguimos el Camino por una vereda flanqueada por árboles delgados. Ya vemos Masilla de las Mulas y sus murallas, no sin antes echar un buen trago de agua que nos anime en lo que queda. Si queréis hacer una parada aquí no os perdáis la plaza del pozo ni dejéis de recorrer sus fortificaciones.

Y no os vamos a mentir. Ya empezamos a sentir León capital y todo lo que tiene para ofrecernos. Nos desviamos un poco en el Camino para ver desde Las Lomas una vista privilegiada de una ciudad fundamental. Allá vemos la Catedral, el Bernesga acariciando la urbe y los edificios que componen los diferentes barrios leoneses y nos entran más ganas de llegar, no sin antes pasar por Puente Castro, donde el peregrino puede informarse de todo gracias a que Protección Civil está presente cuidando de sus pasos.

Qué ver en León

Su origen está en el asentamiento de la legión romana VII Gemina hacia el año 74. Importante ciudad romana, en el 712 fue conquistada por los árabes y permaneció bajo el dominio musulmán hasta el 853, cuando el rey Ordoño I la recuperó, repobló e incorporó al Reino de Asturias.

Sus joyas arquitectónicas son innumerables: la catedral de Santa María (s. XII-XIII), conocida también por el sobrenombre latino de Pulchra Leonina, es de estilo gótico y comenzó a construirse hacia el año 1205.

También destacan la Real Basílica de San Isidoro, uno de los grandes tesoros del románico español que se compone de la propia iglesia, el Panteón Real y un museo.

El Hostal de San Marcos es un edificio plateresco bellísimo. Su origen como hospital de peregrinos se remonta al siglo XII pero el edificio actual se construyó entre los siglos XVI y XVIII.

De épocas mucho más posteriores encontramos la Casa Botines de Gaudí. Junto al edificio modernista hay una escultura del arquitecto catalán contemplando su obra. Los amantes del arte contemporáneo encontrarán su espacio en el MUSAC.

Bienvenidos a León

Ya metidos de lleno en la capital, caminamos por La Rúa y empezamos a sentir algo parecido a la que se siente llegando al Obradoiro, aunque aún nos quede mucho para eso. Ante nosotros se presenta Botines, un edificio obra del genial Antonio Gaudí, con el que nos sentamos a recuperar un poco el aliento. Los kilómetros empiezan a pesar y eso que no hemos hecho nada más que empezar.

Subimos la Calle Ancha y nos imaginamos que representa a la perfección aquello de que el Camino de Santiago es la calle mayor de Europa. Nos lo imaginamos así, y uno se siente orgulloso de formar parte de la aventura solo por momentos como este. La Catedral de León pide que nos quedemos contemplándola. La 'pulcra leonina' deja boquiabierto al que la observa y decido perderme un tiempo en su interior.

Caminando un poco más llegamos hasta la Basílica de San Isidoro, otro de los lugares que forman parte del corazón de los leoneses de la capital. Aquí está la capilla Sixtina del romántico y, en su interior, se encuentra el Panteón de los Reyes. No dudéis en visitar y descubrir uno de los conjuntos arquitectónicos de estilo románico más destacados de España, porque merecerá la pena. Qué os vamos a decir, si fue la joya de la corona de la prestigiosa monarquía leonesa en la segunda mitad del siglo XI y la primera del XII.

Se va acercando la hora de comer y vamos teniendo más clara una decisión que os contaremos en un momento. Antes visitamos el Hostal de San Marcos, el parador de la capital. Un edificio que ha tenido múltiples funciones, que van desde cárcel hasta caballerizas. Sus orígenes se encuentran en el siglo XII, cuando en tiempos de Alfonso VII de León, su hermana, la infanta Sancha Raimúndez, realizó una donación destinada a la construcción de un modesto edificio en el cual pudieran hospedarse «los pobres de Cristo». En la actualidad, su finalidad es totalmente diferente. Aquí duermen las personalidades que visitan la capital leonesa y se celebran numerosos congresos. Además, junto al Hostal de San Marcos comienza el barrio de Eras de Renueva, uno de los núcleos más modernos de la ciudad.

Además, en este punto tenemos la opción de comenzar el camino de san salvador, que lleva a Oviedo para ir desde allí hasta Santiago. Una opción que probablemente exploremos en otra aventura.

¡A por el Húmedo!

Y lo prometido es deuda. Sentados aquí junto a este antiguo peregrino os vamos a contar una cosa. Como nos han hablado tanto y tan bien de la gastronomía de la capital vamos a hacer noche en León. Es tiempo de alimentarse y qué mejor manera que dejarnos caer por el Barrio Húmedo. Conocido centro de ocio y diversión de la capital, las calles que componen esta zona del casco antiguo están llenas de bares en los que conocer de primera mano qué es eso de las tapas con la consumición. Para ello comenzaremos la ruta en el Jamón Jamón, uno de los bares por los que pasar en el tapeo leonés.

Jamón, cecina, patatas, queso, pizza, panceta… e incluso sushi. La variedad de las tapas es tremenda pero hay que tomarlas como lo hacen los leoneses. En cada bar, una consumición.

Sabemos que muchos lo estaréis pensando pero no. Después del tour por el Barrio Húmedo no nos fui demasiado tarde a dormir, y eso que no me quedó ninguna tapa sin probar. Pero es que el día se presentaba intenso.

A ver a la Patrona

Dejando atrás León no hay que andar demasiado para pasar por Trobajo del Camino y cuatro kilómetros después, la Virgen del Camino. Esta localidad se llena hasta límites insospechados en la romería de San Froilán, patrono de la capital, que se celebra a principios de octubre.

Hoy el día está más calmado y vamos a conocer qué se esconde tras el santuario de la Virgen del Camino. Primero nos fijamos en su exterior para ver un santuario que es clave del arte moderno que encontraremos en el camino de Santiago. Conservando el retablo de la iglesia antigua, perteneciente al siglo XVIII, las cuatro puertas de bronce y los apóstoles de la fachada, obra de Subirachs, son una obra de arte perfecta. Pero el templo no siempre fue así.

La actual basílica fue construida entre 1957 y 1961 por el arquitecto fray Coello de Portugal ensustitución de un santuario anterior y su construcción fue sufragada en parte gracias al mecenas Pablo Díez, dueño de la Cerveza Coronita.

La leyenda dice que el 2 de julio de 1505 un pastor de Velilla de la Reina llamado Alvar Simón recogía su ganado cuando se le apareció entre grandes luces la Virgen María en un lugar llamado El Humilladero, donde se situó una ermita en el terreno de la actual basílica.

Regida por la orden de los dominicos, el Padre Fernando nos muestra el camarín de la basílica, donde encontramos el manto que cada año besan los leoneses, en una curiosa tradición que también incluye tocar las narices al santo, que se sitúa en un lateral exterior del santuario.

La sala del voto nos sorprende. Expuestos en vitrinas, el Padre Fernando nos muestra los votos que ofrecen los fieles tras encomendarse a la Virgen del Camino al afrontar enfermedades, males o propósitos futuros. Los equipos de la ciudad también realizan sus ofrendas y encontramos en el centro de la sala un arca que muchos se paran a contemplar y que la leyenda dice que en ella el moro encerró a un capitán originario de Villamañán, una historia popular que parece lejana a la realidad, que no era otra que la función del arca era la de guardar limosna.

Querida por los leoneses y patrona de la región, nos despedimos de la Virgen del Camino. Nuestros pies enfilan la senda y hoy terminaremos en San Martín del Camino, una población desde la que atacaremos en el próximo capítulo nuestra aventura en la maragatería. Hasta aquí llevamos recorridos varias decenas kilómetros descubriendo una provincia increíble en los 214.000 metros de camino leonés. Fue sin duda una buena idea la de comenzar esta experiencia, por lo que os esperamos en el próximo capítulo. ¡Buen camino amigos!

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