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Los bercianos Esther García y Javier González, en su nuevo destino en la ciudad australiana de Gold Coast.

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Los bercianos Esther García y Javier González, en su nuevo destino en la ciudad australiana de Gold Coast. ICAL

Buscando la ola perfecta en las Antípodas

Dos bercianos trasladan sus vidas a la ciudad australiana de Gold Coast para perseguir su pasión por el surf y continuar con su formación encarada al mundo del deporte

Sábado, 20 de abril 2019, 13:46

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Javier González y Esther García son una pareja de bercianos que el pasado 8 de enero decidieron cambiar el duro y frío invierno del Bierzo por el cálido verano que en estas fechas se disfruta en Australia, donde pasarán los próximos dos años perfeccionando su inglés y completando la formación encarada al mundo del deporte que ambos iniciaron en España.

Además, la experiencia les servirá para dar salida a su pasión por el surf, en una ciudad que bautiza a uno de sus barrios como 'paraíso de los surfistas'. «Australia es un sitio perfecto para practicar este deporte», explica Esther, que se muestra feliz de poder buscar, a 18.000 kilómetros de su casa, la ola perfecta.

Al respecto, la ciudad en la que Javier y Esther han desembarcado es Gold Coast, un área al este de la isla, poblada por cerca de 700.000 habitantes, pero que recibe a unos diez millones de turistas al año. Su principal atractivo son sus playas, que han provocado que en los últimos 50 años la zona haya pasado de ser un pequeño destino de vacaciones a convertirse en la sexta ciudad más grande de Australia. «Es una ciudad con playa y buen tiempo todo el año y, aunque es grande, no es como Sydney o Melbourne», aclara Esther, que reconoce que antes de partir barajaron diversos destinos.

Con sendos visados de estudiantes para los próximos dos años, los objetivos de Esther y Javier pasan por perfeccionar su inglés, gracias a un curso de tres meses de duración con cuatro horas al día de clases. El resto del tiempo que pasen fuera del agua tienen previsto dedicarlo a dos cursos de Vocational Education Training (VET), la versión australiana de la Formación Profesional española, centrados en el mundo del fitness. Estos cursos técnicos cuentan con un reconocimiento a nivel mundial y están dirigidos a la incorporación práctica al mundo laboral, ya que enseñan un oficio concreto con el que el estudiante puede acceder a un puesto de trabajo y complementar su formación y experiencia previa.

Encarados al deporte

En ese sentido, Esther, nacida en Madrid aunque originaria de la localidad berciana de Folgoso de la Ribera, es diplomada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad Complutense, con una especialidad en Nutrición Infantil que le permitió ejercer como directora de calidad de una empresa de comedores escolares en la capital de España. Su formación se completa con un postgrado en Nutrición Deportiva, rama que aúna sus dos grandes pasiones.

Por su parte, Javier nació en Torre del Bierzo y estudió la carrera de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad de León (ULE). Posteriormente, completó su expediente académico con el grado de maestro en Educación Primaria, con mención en Educación Física, que obtuvo en la Universidad Pontifica de Salamanca, y con un Máster universitario en formación del profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, que llevó a cabo en la universidad 'online' Isabel I mientras combinaba sus estudios con el trabajo en una bodega de la zona de Bembibre.

Con estos precedentes, el objetivo final de ambos, una vez terminado el curso VET es «intentar trabajar de lo nuestro aquí», explica Esther, que considera que su nuevo destino puede suponer un buen punto de partida para los sucesivos viajes que la pareja se plantea alrededor del planeta, ya que ésta es otra de sus grandes aficiones. «Queremos tener un trabajo que nos dé para mantenernos y si puede ser viajar», asegura Esther.

En esa línea, la berciana avanza que, al finalizar la estancia permitida por el visado, la idea de ambos es «seguir viajando antes de volver a España». «Aún no hemos decidido los destinos, que dependerán sobre todo del dinero que consigamos ahorrar trabajando aquí», afirma Esther, que confía que el aprendizaje cosechado en Australia les sirva para dedicarse a sus respectivas profesiones, una vez establecidos de nuevo en España.

La principal dificultad

Según explican ambos, la decisión de cambiar España por Australia, con todo lo que ello supone, está tomada desde hace más de un año y responde a dos deseos principales, más allá de la pasión por el surf y el deporte: «Estar juntos y aprender inglés». Con ese objetivo, ambos dejaron sus respectivos empleos, él en Bembibre y ella en Madrid, y empezaron a prepara su aventura. «Esperamos vivir una experiencia diferente, porque no es lo mismo irte de viaje a un sitio de vacaciones que tener que convivir día a día sin saber bien el idioma», añade.

«A nosotros ya nos habían comentado que el idioma aquí no se iba a parecer mucho al inglés que habíamos estudiado, pero hasta que no lo escuchamos no nos dimos cuenta de hasta qué punto tenían razón», comenta Esther desde la otra punta del planeta. «A día de hoy, creo que el idioma es la mayor dificultad que nos hemos encontrado, porque la verdad que luego con la gente con la que hemos coincidido siempre nos ha tratado muy bien. Más adelante espero poder decir que lo tenemos todo controlado», remarca.

En ese sentido, los problemas de entendimiento tienen que ver con la velocidad a la que hablan los locales, así como con su costumbre de «comerse la mitad de las palabras en una frase», como afirma la berciana, sorprendida por la pronunciación australiana de algunas frases. «Para decir '¿Cómo estás?', que de toda la vida hemos estudiado que es 'how are you?', aquí dicen algo como 'how a ya?'», explica.

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