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¿Y si hacemos un plan para usar las pantallas?

¿Y si hacemos un plan para usar las pantallas?

Conviene dejar bien claras las normas, tiempos y lugares de uso de los dispositivos para todos los miembros de la familia

Sábado, 5 de septiembre 2020

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Ahora que empieza un nuevo curso es un buen momento para establecer una serie de reglas sobre el uso de las pantallas en casa. Para todos, no solo para los más pequeños. Pero antes de ponerse a implantar normas como si no hubiese un mañana –casi siempre demasiado ambiciosas y poco realistas–, sería más interesante definir primero un plan digital familiar para que las reglas se ajusten a las necesidades reales de cada hogar. «Porque no se pueden poner las mismas normas en una casa en la que hay dos niños menores de 5 años, que en una en la que uno de los padres teletrabaja o en la que alguno de sus miembros es un loco de los videojuegos o de las series», explican en el portal Empantallados. Para «hacer un plan a la medida de cada hogar», los expertos en educación digital de la web recomiendan seguir estos cuatro pasos.

1. Dibuja el perfil tecnológico de cada miembro de la familia

Coge papel y boli y pon el nombre y edad de cada uno de los miembros de tu familia y escribe una breve biografía tecnológica de cada uno. Tendrás que tener en cuenta los dispositivos que habitualmente utilizan, el tiempo de uso y los contenidos que consumen. «Así se puede conocer el punto de partida. También es importante que reflexionemos sobre qué papel juegan las pantallas en nuestro día a día familiar: si son aliadas o intrusas; nos acercan o nos separan; son un motivo habitual de conflicto o una palanca para impulsar la creatividad o compartir aficiones. No será todo blanco o negro. Habrá facetas que podremos potenciar y otras que será mejor modificar», señala María José Abad, directora de contenido de Empantallados.

2. Haz un diagnóstico

Antes de nada es recomendable realizar un pequeño censo de los dispositivos que hay en casa (televisión, videoconsola, tablet, ordenador fijo o portátil, móviles…) y los lugares en los que se suelen usar (sala, dormitorio, cocina...). Una vez hecho el listado, piensa en si acostumbráis a tener los móviles encima de la mesa durante las comidas o, por el contrario, los 'aparcáis' en alguna cesta o zona de carga. «El uso de pantallas conviene supervisarlo y hacer un acompañamiento a nuestros hijos para que aprendan a utilizarlos responsablemente», añade Abad.

Para facilitar la elaboración de un diagnóstico lo más certero posible se puede intentar responder lo más fielmente posible a esta serie de preguntas: ¿existen normas básicas sobre la utilización de las pantallas como tiempos de uso o el lugar donde se pueden utilizar? ¿Tenéis instalado algún tipo de control parental o alguna aplicación de supervisión? ¿Estás cerca cuando tus hijos navegan en Internet? ¿Sabrías decir, por ejemplo, quiénes son los 'influencers' que más le gustan a tus hijos o cuáles son sus videojuegos preferidos? Hay que tener en cuenta que no todos los contenidos son apropiados, «por eso es necesario bucear para encontrar los más adecuados teniendo en cuenta edades y gustos».

Pero el uso y abuso de las pantallas no solo afecta a los menores. Los mayores también tienen su enganche, así que el diagnóstico es para todos. Responde: cuando estás con tus hijos ¿cómo es tu uso del móvil? ¿miras la tele y el teléfono a la vez?

3. Inspírate

Hazte con unos buenos referentes, elige buenos libros y lee sobre educación digital. Encontrarás contenidos que seguro pueden ayudarte. Elige, por ejemplo, alguna de las videoentrevistas de expertos sobre el impacto de las pantallas en la vida familiar.

4. Ahora crea tu propio plan

«Cada familia es un mundo. No tengas miedo de crear tus propias normas. Cada temporada es distinta, las normas de invierno no valen para los periodos vacacionales», admite Abad. Elige cinco pautas, ponlas en un lugar visible (la puerta de la nevera, por ejemplo) y revísalas con frecuencia para hacer balance. Además de las normas comunes, puede haber pautas concretas para cada miembro de la familia. «Es recomendable que todos colaboren en la creación del plan y hagan sus propuestas».

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