La hora y media más larga de los hermanitos de Jesús

El murmullo en Santa Nonia comenzaba cuando la ciudad aún no había despertado. La más fea, la que nadie quería, la que no estaba invitada aparecía durante la madrugada, cuando los hermanitos de Jesús recorrían las calles de León llamando a sus compañeros a procesión.

El reloj marcaba las 07:15, hora en la que la Procesión de Los Pasos tenía prevista su salida, y la lluvia arreciaba con fuerza sobre las calles de León, como lo llevaba haciendo las 3 horas previas.

El abad del Dulce Nombre tenía la responsabilidad de tomar una decisión muy importante a la par que arriesgada y reunía a su junta de seises para deliberar. La decisión era retrasar la salida hasta las 08:00.

Muchos de los papones decidían acudir a los bares más cercanos a la capilla de Santa Nonia para resguardarse de la lluvia y despertar el alma con un café bien cargado o alguna bebida espirituosa.

El tiempo de margen que se quiso robar a la tormenta se agotaba y los paraguas seguían brotando en Santa Nonia. De nuevo las miradas se ponían en Alfonso Escapa, abad del Dulce Nombre, y la reunión de la junta de seises optaba por conceder media hora más a la climatología lo que era recibido con aplausos por los hermanitos de Jesús.

Y el milagro aparecía, poco antes de las 08:30 la lluvia desaparecía y la Oración en el Huerto, el Prendimiento y la Flagelación encaraban ya el parque de San Francisco. El toque de ronda sonaba como la melodía más dulce y esperada por los papones del Nazareno, era la señal inequívoca de que la Procesión de los Pasos se ponía en marcha.