Imagen de la Urna en la procesión de Boñar en 2019. I. G. BARQUIN

El Silencio más duro se vive en Boñar

La localidad leonesa enmudece cada año en la noche de Viernes Santo, la procesión del Silencio conmueve y emociona a los asistentes que cada año respetan un absoluto silencio que en esta ocasión se convertirá en el bullicio de un día normal con la tristeza de no poder procesionar

I. Santos

León

Sábado, 3 de abril 2021, 11:35

Boñar vive una Semana Santa muy emotiva. Toda la pasión de los hermanos de la Parroquia de San Pedro de Boñar disfrutan de la pasión con devoción, pero si hay un momento especialmente emotivo en la localidad es la procesión del Silencio, en la noche de Viernes Santo.

Publicidad

Mucho antes de que las agujas del reloj marquen la hora de la salida de los pasos, los leoneses se agolpan en las calles de la localidad. Pero lo hacen con respeto y sobre todo con mucho silencio en el momento que los pasos comienzan su procesión.

Las calles, aceras, balcones y terrazas se llenan de fieles que disfrutan de ese silencio en el que los pasos de los cofrades y los acordes de la banda de música son lo único que se puede escuchar. Un silencio imponente que hace de esta procesión una de las más bellas de la localidad.

Desde su salida en la Parroquia de San Pedro, las tres cofradías que colaboran con la misma en la organización de la procesión recogen todas las miradas silenciosas de los asistentes, aunque las tallas que coronan cada trono pertenecen a la Parroquia de San Pedro de Boñar.

Un año en el que recordar los momentos más especiales, pero también los más duros. Y entre ellos no falta el incendio que en 1965 asoló la parroquia de la localidad y con ella algunas de las tallas más queridas. En la retina de los fieles quedaron siempre en el recuerdo y sólo la devoción del pueblo logró volver a colocar la Semana Santa de Boñar en el lugar que se merece.

Publicidad

El Crucificado, La Piedad y La Dolorosa fueron las únicas tallas, que al estar guardadas en otro lugar, sobrevivieron al incendio. Son también las más queridas por todo lo que significan para los fieles de la localidad.

En la procesión del Silencio es la Oración en el Huerto la que suele jabrir el cortejo, aunque los últimos años ha quedado sin salir de la parroquia. En esos casos, la Flagelación abre la procesión. Le sigue el Cristo de Medinaceli, copia del original situado en Madrid.

Publicidad

Tras ellos el Nazareno, el Cristo Crucificado, y la Piedad, tres de las tallas que más admiración levantan entre los asistentes. Cierra la procesión el cristo Yacente y la Virgen Dolorosa. Al finalizar la procesión se lleva a cabo el Sermón de la Soledad.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad