Relevo en Jesús: «El Encuentro trasciende a la cofradía, somos conscientes del debate y trabajamos para mejorarlo»
Santa Nonia acogerá este domingo la toma de posesión del nuevo abad de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, Juan Muñiz, que compromete «trabajo y humildad» para guiar una penitencial que ha supuesto para él «una forma de entender la Semana Santa» | Potenciar la bolsa social y reactivar a los jóvenes, sus grandes objetivos
Trabajo y humildad para ascender a la cúspide de la historia de la Semana Santa. León no entendería su pasión sin el Nazareno y a sus pies, como primer fiel, llegará este domingo Juan Muñiz.
Santa Nonia abrirá las puertas de la abadía a este joven hermanito de Jesús que dará el paso más importante de un sentimiento que siembra día a día desde hace mucho tiempo.
Desde muy pequeño, aunque sin considerarse papón de cuna, Muñiz entró a formar parte del alma de las 'negras'. «Me llamó la atención la Semana Santa y esta cofradía en particular». De pequeño salía con su hermano como papón de filas y luego pasó a ocupar el puesto de bracero de la Coronación, imagen de la que llegó a ser seise.
Trabajo en una línea a seguir
Rodeado de su familia, su mujer y sus hijas, y ante la atenta mirada de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el cambio de varas llevará a este joven abogado a dirigir los más de 410 años que atesora la cofradía del Dulce Nombre. «No creo que sea tan importante la edad, es una cuestión de ganas de trabajar y de interés y cariño de trabajar por la cofradía y por sus intereses».
Entre sus cometidos estará mantener una línea continuísta en la abadía, a la que dará su sello personal reforzando el gran trabajo de la bolsa social y profundizando en la implicación de los más jóvenes.
Bolsa social y juventud
El papel de los jóvenes en la cofradía ya es destacado. Partido desde las filas, o en la singular figura de monaguillos, a partir de los 16 años pueden incorporarse a los libros de braceros. «Se trata de mantenerles implicados, pero no solo en Semana Santa. Hay que darles un sentido todo el año, con las secciones musicales o de montaje donde ya hay gente muy joven implicada todo el año», explica.
También tendrá que campear con el polémico nuevo formato del Encuentro de Viernes Santo y las diferentes opiniones que ha provocado en la junta de seises. Cree que las «tensiones» internas se pueden ver desde fuera, pero «la junta está unida y en va en una misma dirección». Comprende que un colectivo de 21 personas «pueda tener opiniones discrepantes», pero al final se mantiene una misma línea.
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Sin posicionarse sobre la mejor solución para este acto central de la pasión, sí espera avances para buscar «la mejor imagen» que conjugue la historia, el descanso de los hermanos y la relevancia que este acto tiene en la Semana Santa de León. «El Encuentro no lo perdemos de vista. Hemos estado trabajando en mejorar el formato todos estos meses y cuando pasen estas fechas -toma de posesión y Encuentro Nacional de Cofradías- nos volveremos a poner con ello. Este acto trasciende a la cofradía, somos conscientes del debate y trabajamos en la línea de mejorarlo», sentencia el nuevo abad, que tendrá el día 30 de este mes una junta ordinaria a la que llevar esta cuestión.
Durante los siete años que ha formado parte de la dirección de la cofradía, Juan Muñiz ha aprendido lo necesario para asumir la vara de mando y afrontar la abadía con garantías. Confía en que, tras tomar el legado de Juan Francisco Jimeno, no vaya a haber demasiados cambios. «La cofradía tiene su propia línea y los abades no tienen que dirigirla. Se trata de acompañar, y nos debemos a los hermanos. Ellos tienen que marcar el rumbo con su implicación en los actos».
El estreno, la próxima semana
Tendrá muy pronto su debut como abad en público. El próximo sábado podrá sacar por primera vez al Nazareno de Santa Nonia y todo lo que supone llevar a León una talla tan especial. Y será el próximo Viernes Santo cuando ponga en liza todo el potencial de la penitencial más importante de la ciudad.
Si algo destaca de Jesús es la imagen de su titular y la devoción que genera en León. «La propia cofradía, la espectacularidad de la procesión, las tallas, los pasos, la gente que participa... La cofradía es atractiva por todas esas cosas».
Muñiz no podría entender la Semana Santa sin enfundarse la túnica negra y el emblema morado cada año. Ahora, ya es hora de tomar la vara mayor, con la máxima responsabilidad y comprometido con seguir los pasos que han llevado al Dulce Nombre de Jesús Nazareno a sostener la historia de la pasión leonesa.
