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Miradas de ingenuidad, tímidas sonrisas y palmas arriba.
Cientos, miles de niños han cumplido con la tradición del Domingo de Ramos y han abarrotado las calles de León capital para acompañar el paso de La Borriquilla en este Domingo de Ramos.
Porque son ellos los verdaderos protagonistas de esta procesión, los que dan luz y color a la tradicional procesión de Las Palmas.
Sol y altas temperaturas en esta jornada en la que con enorme entusiasmo los más pequeños han alzado y agitado sus ramos de olivo y palmas de diferentes colores y tamaños, aunque tampoco faltó el laurel, los ramos tradicionales de la provincia.
Mirandas inquietas, curiosos y risueñas que observaban con cariño el paso de Jesús de Nazaret en su entrada en Jerusalén en la procesión más alegre de la Pasión leonesa.
Una procesión enmarcada en el 75 aniversario del paso de la Borriquilla, que se incorporó a la Semana Santa de León en 1944, por petición de las tres cofradías que por aquel entonces tenía la capital, Angustias, Jesús y Minerva.
Un año en el que, a diferencia de este domingo, las lluvias ahogaron la procesión y obligaron a la Borriquilla a quedarse al amparo del techo de la Catedral de León, que acogió la celebración del tradicional Domingo de Ramos donde los más pequeños agitaron las ramas, de por aquel entonces, de los pinos de la Candamia.
«Ahora sí, agitad los ramos y palmas». Y León cumplió con la tradición. Porque aunque fueron casi imperceptibles las palabras por falta de megafonía, el Obispo de León ha bendecido los ramos a los pies de Botines en el acto central de esta procesión en conmemoración del pasaje bíblico en el que se narra esa entrada triunfal de Jesús a lomos de un pollino.
De nuevo, Julián López se ha referido a los niños y niñas porque este es su día, por lo que les ha pedido que vivan la Semana Santa con alegría, tal y como corresponde a los más pequeños.
La corporación municipal al completo, con el alcalde de León, Antonio Silván, a la cabeza, se sumó en la plaza de San Marcelo a una procesión que, tras celebrar la tradicional bendición de ramos y palmas, ha continuado la marcha por una abarrotada calle Ancha hasta la Catedral de León donde el obispo ha oficiado la tracional eucaristía del Domingo de Ramos.
Aquejado por el paso del tiempo y las adversas condiciones climatológicas, el paso de la Borriquilla, que llegaba a la capilla de Santa Nonia de León la noche del 1 de abril de 1944, fue sometido a una restauración integral en el 2014.
Todo ello, a pesar de que inicialmente la Junta Mayor de la Semana Santa de León, encargada de organizar esta procesión, barajo la compra de un paso escultórico nuevo, posibilidad que finalmente descartó ante las dificultades económicas.
Una intervención que se centró principalmente en el soporto de estuco que tras 70 años había perdido su adherencia y que, entre otros, ha permitido la restauración de la policromía original del paso así como la recuperación de la figura del apóstol abandonado en el Mercado de Ganados desde hace 30 años.
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